Las obras que se están realizando para construir el tramo de autovía entre Aljucén y Mérida ha puesto al descubierto lo que podría ser un asentamiento rural de grandes dimensiones, ya que la superficie del yacimiento es de once mil metros cuadrados y abarca sólo una parte.

El director de la excavación, Pedro Dámaso, arqueólogo del Consorcio de la Ciudad Monumental, organismo que se encarga de las excavaciones, afirmó ayer que sólo están manejando hipótesis, ya que los trabajos acaban de empezar, y no pueden aventurar ni fecha ni época a la que pertenece el yacimiento, por ahora.

CRUCE El yacimiento, situado a seis kilómetros de Mérida, cerca del cruce con Mirandilla, consta de tres niveles, uno, más bajo, asociado a una corriente de agua; otro más elevado en el que se vislumbran una serie de estancias en batería, y otro más, sin excavar, al salirse de la zona que afecta a la autovía.

Según todos los indicios, al estar este asentamiento al lado de la Vía de la Plata, a media ladera y en un lugar donde se dominan visualmente los alrededores, podría tratarse de una gran villa romana dedicada a la agricultura y a la ganadería.

Dámaso explicó que estas villas tenían tres zonas. En una estarían los almacenes de grano, la almazara, las bodegas, el lagar, las cuadras, los aperos de labranza y los talleres, que podría corresponderse con las estancias en batería encontradas; y otra destinada a la agricultura que podría estar relacionada con el lugar donde ha aparecido el regato, del que mana agua de una fuente moderna aunque no se descarta que los pilares fueran romanos.

La otra parte del yacimiento sin excavar podría ser la zona urbana, donde estarían las estancias del dueño de la villa.

En la excavación participan dos arqueólogos y 16 peones, divididos en dos equipos. Es una excavación de urgencia del equipo de seguimiento de obras del Consorcio y durará unos meses. Sólo excavarán en la zona expropiada para construir la autovía. Al pasar la autovía por encima del yacimiento se deberá emitir un informe por parte de la Comisión Ejecutiva del Consorcio para ver que tratamiento se da a los restos.

Las villas romanas de este tipo llegaban a albergar hasta 100 trabajadores y estaban dirigidas por un encargado, que podría ser un esclavo o un liberto, mientras que el señor de la villa sólo acudía en determinadas épocas del año, casi siempre relacionadas con la recolección.

En cuanto al estado del yacimiento arqueológico, se encuentra bastante arrasado.