La historia no se repite pero se parece. Se parece a un baúl de los recuerdos donde se atisban cosas que pasaron y no volverán pero cuya nostalgia se rememora al verlas. Las comparaciones son eso, comparaciones, pero he leído que Corea del Norte ha volado la Oficina de Relaciones y Enlace con Corea del Sur. El comunicado oficial de Pyongyang despeja dudas: «La oficina conjunta entre el Norte y el Sur quedó completamente destruida. Ya hemos interrumpido todas las líneas de comunicación entre ambas partes». Estos no se andan con chinitas.

Al parecer a la hermana del Líder Supremo norcoreano. Kim Yo-jong, le enfadó muchísimo que lanzaran globitos con mensajes sobre la libertad y otras zarandajas; al tener relación de cercanía con el Gordito, manda mucho (sino, de qué) y aplicando estrictas normas de protocolo coreano, mandó las relaciones y la unificación a tomar por la ruina. Es en oriental aplicar el lema visigodo de ‘Witiza donde veas pelo, atiza’. Entre diálogo simbólico o dinamita, mejor la dinamita (y no pa´ los pollos precisamente). ¿Se han fijado en lo que les gusta la palabra ‘supremo’ a las tiranías? Desde el guía supremo al servidor supremo (del pueblo) pasando por los hermanos supremos de la revolución hay un corto camino hasta llegar a las supremas de Móstoles o los supremos de Galapagar.

Aquí somos más sibilinos y para volar España empleamos la sutileza: que si los independentistas por aquí, que si los de ETA por allá, que Franco para allá, comisión de los Borbones para aquí, que cuidado que viene Vox y-tú-más, que ‘solo’ se han muerto la mitad y de aquí saldremos más fuertes. ¿Más fuertes? ¿Quiénes? O sea, los familiares de los 50.000 fallecidos saldrán más fuertes, los de los Erte fortalecidos y podría seguir, pero no quiero pues lo de Corea me traerá menos complicaciones, digo yo, aunque quizá sea un poco tarde y a este caballo desbocado no hay quien lo pare. Hasta ahora, repito: hasta ahora, lo único que se me ocurre con la boca abierta es decir ¡Oh!