Sanciones de entre 600 y 300.000 euros, suspensión de licencias de hasta cinco años, cierre de establecimientos, limitación del uso de bocinas de vehículos en la calle, y hasta prohibir animales domésticos en patios o balcones de las viviendas durante la noche. Son solo algunas de las nuevas normas fijadas en la ordenanza de protección frente a la contaminación acústica, que ayer publicó el Boletín Oficial de la Provincia de Badajoz.

En el capítulo de sanciones, se establecen tres tipos: leves, graves y muy graves. Las leves son aquellas que superan los límites admisibles de ruidos por actividades domésticas, relaciones vecinales, las producidas por animales, ciclomotores y otros vehículos o en fiestas; así como incumplimientos de trámites administrativos, y conlleva una multa mínima de 180 euros y máxima de 600; además de la suspensión de la licencia de actividades clasificadas.

Las infracciones graves supone superar la producción de ruidos permitidos en 6 o más decibelios por el día y la tarde, y entre 3 y 6 decibelios durante la noche; circular sin tubo de escape en los vehículos; y mantener a gran volumen los equipos musicales de los vehículos, entre otras circunstancias. Las multas por ello oscilan entre los 601 y hasta los 12.000 euros, además del cierre de las instalaciones por un período máximo de dos años.

Para los casos muy graves, aquellos en los que se producen ruidos deliberadamente y que los límites superan los 6 decibelios del nivel permitido durante la noche, las multas van de los 12.001 a los 300.000 euros, Además de la retirada de la licencia de actividades entre uno y cinco años; y el cierre temporal de las instalaciones durante al menos dos años.