No todo se puede solucionar. El exalcalde Antonio Vélez encargó un proyecto para realizar la infraestructura del lago de Proserpina y hacer el saneamiento. Costó un buen dinero. Era inviable por su costo. El entorno del lago es una roca granítica de tal dureza que hace casi imposible su actuación de abrir para hacer el saneamiento y ese anillo que circunvale el lago para verter los residuos al arroyo Las Adelfas o a una depuradora cercana a la que conocemos como los lavaderos de lana. Es prácticamente imposible ya que es difícil volar la roca. Ya se ha intentado, para hacer una bodega, con la más adelantada maquinaria y no se logró bajar unos centímetros. Así es casi toda la zona de la Asociación de Vecinos Proserpina y Punta del Aguila; otra cosa es La Albuera, que es más fácil.

Sólo hay que ver el proyecto y sentarse para comprobar su dificultad, otra cosa es lo que dice con toda razón Andrés Gaviro, que de agua sabe más que nadie. Si se asfaltan calles, que se ponga una nueva acometida de agua y sólo hay que abrir donde están las actuales y cambiarlas por otras mejores y con más caudal. Eso sí es viable y con posibilidades. Además, se podría poner la electricidad. Hacer unas calles con asfalto es parchear algo que no tiene visos de continuidad y un gasto innecesario si no se acomete la infraestructura del agua y luz.

No es cuestión de discutir quien lleva o no razón, es estudiarlo entre todos los concejales, ya que de lo que se trata es de un bien para la ciudad y esto le afecta al equipo de Gobierno y a la oposición. Pero antes de acometer una obra, es fundamental que se haga con garantías y realizando lo que se necesite.