Cuando deja el bastón de mando a un lado, se sube al púlpito para soltar un sermón que suele acabar con la frase: "La novia ya puede besar al novio". Es la situación que suele vivir cada fin de semana el alcalde de Mérida, Angel Calle, y no lo debe hacer mal porque lleva en torno a 200 bodas en el ayuntamiento, la mayoría de ellas desde que accedió al templo de la alcaldía, ya que antes, como edil de la oposición casó a unas setenta parejas.

Se da la circunstancia de que a buena parte de esos novios y novias que ahora casa han pasado por sus clases del instituto Extremadura. Y también ahora, pero vestidos para la ocasión, esas parejas escuchan sus conocimientos de historia acompañados por poemas elegidos para amenizar la ceremonia bajo un mismo hilo conductor, basado en que "el matrimonio no tiene que quitar autonomía ni a él ni a ella, porque tienen que seguir siendo iguales y diferentes".

Para ello, es común en todas sus ceremonias recitar versos de un poema libanés de hace más de un siglo, que "habla de como las cuerdas de una guitarra están separadas pero tiemblan con la misma música", o de otro de Neruda, Tu risa , que viene a decir: "Quítame el pan si quieres, quítame el aire, la luz, la primavera, pero tu risa nunca porque me moriría", recuerda. Otros prestigiosos poetas como Angel González y Mario Benedetti suelen estar también entre sus elegidos. Ahora menos, pero con frecuencia también suele recitar letras escritas por el cantante Bob Dylan. La verdad, señala, es que "las bodas me salen muy bonitas, o eso es lo que me dicen".

Tal vez sea porque las suele preparar con mimo, porque "me reúno con la pareja uno o dos días antes" para conocer cómo desean que sea la ceremonia y si el planteamiento que él ofrece les gusta.

Y todo ello sin cobrar nada, aclara, ni por su parte ni por parte del os concejales que también casan, ya que la tasa municipal en este aspecto, que se cifra en 60 euros, va para las arcas municipales.

Gastos de papeleo

Calle explica que esa cantidad es para sufragar aspectos burocráticos, ya que cada boda necesita de la elaboración de unas actas y la presencia de un funcionario municipal.

Además, los tiempos han cambiado, reitera, y así lo hace ver también en sus ceremonias. En contra de lo que rezan los mandamientos de una boda religiosa, las civiles que lleva a cabo el alcalde en el ayuntamiento suelen terminar de una manera distinta: "La novia ya puede besar al novio", porque "no entiendo por qué él puede besar a la novia y no la novia al novio", argumenta.