«Aquí siempre ha habido palomas, pero nunca como ahora. El olor, las plumas, los excrementos que llegan a cubrir las aceras... desde hace un año es imposible bajar con los niños al parque». Son palabras de Bárbara, una vecina «de toda la vida» de la barriada de La Antigua que cada día cuando saca a pasear a su perro mira con pena cómo las palomas han tomado la zona conocida popularmente como ‘la corraleta’.

La mayoría de las viviendas que dan a esta plaza ubicada entre la avenida Juan Carlos I y la calle Valverde de Mérida tienen las ventanas y balcones tapiados con persianas, cortinas, toldos, plásticos o redes mosquiteras para impedir que las aves se posen en las barandillas, las macetas, los tendederos e incluso la ropa recién lavada. «Es una pena», se lamenta Bárbara, que asegura que incluso el ruido que generan los pájaros ha llegado a ser molesto.

El presidente de la asociación de vecinos de La Antigua, Luis Valiente, denunció ayer la situación e hizo un llamamiento al consistorio para que «se tome en serio» este asunto. Según explicó, actualmente hay dos focos importantes afectados por lo que ellos ya consideran una plaga: uno en la calle del Padre Panero (junto al centro de salud) y otro en la corraleta, donde el problema es más acuciante: «el servicio de limpieza quita los excrementos con agua a presión, pero al día siguiente vuelve a estar igual», dice el presidente vecinal.

Valiente reconoce que puede ser difícil poner coto a la proliferación de las palomas, pero insiste en que «la plaga cada día se está haciendo más grande» y se muestra convencido de que «alguna solución tiene que haber».

Viviendas vacías

Desde la asociación quieren hacer también un llamamiento a los propietarios de los numerosos pisos vacíos que hay en la zona para que cierren terrazas y ventanas y eviten así que las palomas campen a sus anchas en estos espacios. Igualmente, han pedido a los residentes que dejen de echarles pan para comer, porque «aunque lo hacen con buena intención, esto solo sirve para aumentar su número», afirma Luis Valiente.

Desde el ayuntamiento, el delegado de Sanidad, Marco Antonio Guijarro, confirmó ayer que estudiarán la queja para ver qué medidas se pueden tomar. No obstante, ya avanzó que si la problemática radica en edificios de propiedad privada, es a la comunidad de vecinos a quien compete resolverlos porque el ayuntamiento no puede actuar en esos casos. Además de La Antigua, también se han recibido quejas por la presencia de palomas en la plaza de España y el convento de las Freylas.