Los malos accesos a la parroquia de San Francisco de Sales, en la antigua barriada de la Paz, han obligado a suspender varias bodas, incluso a trasladar un entierro al tanatorio antes de comenzar, según relata el párroco de esta iglesia Guillermo Díaz.

El problema viene derivado de la construcción del edificio de las nuevas consejerías, dentro del proyecto Mérida Tercer Milenio, promovido por la Junta de Extremadura, ya que la iglesia queda justo detrás, a unos pocos de metros del futuro edificio. Ahora lo que hay delante del templo es un barranco que supera los ocho metros de altura, donde irán los aparcamientos.

Además, para evitar corrimientos de tierra que puedan dañar la estructura de la iglesia, la empresa que construye las consejerías ha infiltrado hormigón delante de la parroquia, formando una nueva barrera bajo el suelo.

El consejero de Fomento, José Luis Quintana, en una visita a las obras manifestó que la Junta dejaría en perfecto estado el entorno de la iglesia, y también el ayuntamiento se ha comprometido a mejorar el perímetro.

Pero mientras tanto, la iglesia no puede seguir su ritmo normal. "Para este mes tenía programada tres bodas y dos la han suspendido; en la otra el novio se ha empeñado en casarse aquí esté como esté", afirma Guillermo Díaz.

POLVO A lo que se enfrentará este novio será al polvo, al barro si llueve, a un acceso de grava y por el que pasan continuamente camiones de gran tonelaje y poco espacio para maniobrar.

A una situación similar se enfrenta la Cofradía del Prendimiento, que guarda en el interior de la parroquia dos pasos, uno del escultor Juan de Avalos, que para salir tendrán que hacer "virguerías", según el párroco, quien recomendó a los cofrades suspender la participación en la Semana Santa, a lo que se negaron en redondo.

Por este motivo, además de coger fuerzas para llevar el paso, los costaleros ensayan estos días cómo salir de la parroquia.

Sobre este asunto, Guillermo Díaz indicó que cuando se recogían los pasos, que desfilan el Jueves Santo, se congregaban en la parroquia unas 1.500 personas, algo que ya se ha perdido.