El próximo martes es la fecha en la que podría alcanzarse el acuerdo definitivo entre los actores implicados en una cuestión como es la entrega de los pisos de Gestyona en Nuevo Bodegones, las llamadas viviendas municipales, que cada día que pasa sin una solución aumenta proporcionalmente la preocupación entre sus propietarios.

Ayer se celebró un nuevo encuentro con el fin de que Exconsa Miajadas, la empresa que está construyendo la urbanización, finalice los trabajos de la fase en la que se ubican las viviendas. Pero esta firma reclama 1,9 millones de euros por las tareas realizadas a la Agrupación de Interés Urbanístico, la figura que agrupa a los propietarios de los terrenos. El problema se encuentra en que la entidad que financia las obras no está conforme con la evaluación de los trabajos realizados, y no libera los créditos necesarios. Sin la finalización de las obras el ayuntamiento no puede recepcionar la urbanización (calles, suministros, alumbrado, etc.), por lo que no puede dar licencia de primera utilización, y sin ella no se pueden entregar las llaves.

El martes asistirá al encuentro la entidad financiera --ayer no estuvo--, por lo que de la reunión podría salir un acuerdo. De no ser así la entrega de llaves continuaría demorándose con ello el correspondiente aumento en la preocupación tanto de los futuros inquilinos, que ya hicieron una visita a los pisos en marzo, como de la propia empresa constructora, Gestyona, que soporta una parte proporcional de las hipotecas de las 106 viviendas mientras no sean entregadas. Desde Exconsa Miajadas también señalan que del pago de las cantidades reclamadas depende el puesto de trabajo de sus 200 empleados.

Algunos de estos propietarios ya han manifestado su preocupación por la posibilidad de que la entidad que les ha concedido las hipotecas revise las condiciones de las mismas. Un aspecto que, según algunas fuentes, no debería producirse siempre que los pisos se entreguen a lo largo del mes de julio.