Ence ha invertido dos millones de euros en mejoras realizadas en su planta de energía renovable de Mérida, que permiten avanzar en materia medioambiental y de seguridad laboral. Según informó ayer la compañía a través de una nota de prensa, la mejora del comportamiento acústico en todas sus plantas es uno de los objetivos de excelencia ambiental que establece el grupo papelero y de energía.

De esta forma, desde que en 2014 se iniciaran las operaciones en la planta de biomasa de Mérida se han realizado modificaciones con el objetivo de disminuir sus valores de emisión de ruidos. Para ello, la compañía invirtió un total de 1,3 millones de euros en proyectos como el cerramiento de las torres de refrigeración, apantallamiento de diferente maquinaria, así como en la instalación de silenciadores en la nave de turbina.

Por otro lado, también se han destinado 700.000 euros a dos iniciativas para optimizar el desempeño ambiental de la planta de renovables. «Mediante un sistema SNCR y otro de desulfuración, se ha logrado mejorar parámetros medioambientales como las emisiones NOx y SO2, garantizando su calidad en continuo», apunta.

Cabe destacar que la planta de generación de energía renovable de Ence en Mérida es un «ejemplo de economía circular». El pasado año, la instalación participó en el proyecto Life de la Unión Europea ‘iCirBus 4Industries’, consistente en el tratado de lodos de depuradoras con cenizas de combustión de plantas de biomasa para obtener fertilizantes de bajo impacto y materiales de construcción.

Además, la compañía informa de que la planta emeritense participa en otros proyectos con el objetivo de dar «circularidad a los subproductos», de manera que se utilizan para la construcción de tecnosoles en restauración de suelos degradados de explotaciones mineras agotadas, como la mina de uranio de Saelices el Chico (Salamanca), además del uso de cenizas para la fabricación de lámina impermeabilizantes.