Distancionamiento de posturas en el conflicto laboral de FCC. Los trabajadores de la empresa concesionaria del servicio de limpieza viaria y recogida de basuras han decidido convocar una huelga indefinida tras no alcanzar un acuerdo sobre el convenio colectivo, por lo que ya han solicitado permiso a la Delegación del Gobierno para llevarla a efecto en un plazo de unas dos semanas. Con anterioridad, el próximo 29 de junio, a las siete y media de la tarde, se concentrarán en la plaza de España. De esta forma, lejos de acercar posiciones, la reunión de tres horas mantenida ayer entre los miembros del comité de empresa y la dirección no ha hecho más que agravar estas negociaciones.

El presidente del comité de empresa y representante de UGT, Francisco Naharro, asegura que no ha sido posible llegar a un entendimiento porque la empresa "realmente no está dispuesta". Basa su afirmación en que la última oferta que ha puesto sobre la mesa FCC en relación a la subida salarial que piden los empleados es más baja que la anterior. Los trabajadores llevan con los sueldos congelados desde 2011, por ello piden una subida salarial progresiva del 6% en tres años hasta llegar al 2017 y compensar así los cinco años de congelación. No obstante, si la última propuesta de FCC fue aceptar un aumento salarial del 2,2% en tres años, ayer propusieron que fuera del 0,5%. "Esperábamos que la empresa tuviera algún detalle, por lo menos que quisiera negociar, pero en vez de subir la oferta la ha bajado más", sostiene. Asimismo, señala que le empresa les ha propuesto "congelar la antigüedad de los trabajadores y que en definitiva paguemos nosotros".

Después de 16 meses de negociaciones, los 80 empleados afectados por estas medidas tendrán que llevar a efecto las acciones que habían contemplado en caso de no llegar a un acuerdo, las cuales fueron aprobadas en la asamblea de trabajadores que tuvo lugar la semana pasada. "Nuestra intención no era el conflicto porque perjudica al bienestar de nuestra ciudad y a los ciudadanos, cosa que parece importarle muy poquito a FCC", subraya Naharro, quien considera que la empresa "quiere que traguemos o forcemos una situación que a lo mejor les puede interesar a ellos". A su juicio, el Gobierno local "no tiene culpa de nada y está haciendo todo lo posible", al tiempo que reitera que la intención de la plantilla "no es el conflicto porque perjudica a los ciudadanos".