Continúa el plantón a la zona azul en Mérida una semana después de su entrada en vigor. Es lo que ocurre en algunas de las calles afectadas por los nuevos estacionamientos de pago, como Anas, en la que ayer sobre las 13.00 horas solo estaba ocupada una de 63 plazas contabilizadas, Oviedo o el entorno de la plaza de Pizarro. En otras, en cambio, la medida va ganando aceptación, como es el caso de Camilo José Cela o Félix Valverde Lillo.

Según datos facilitados por el consistorio, el uso de estacionamientos de pago ha aumentado un 35% entre el lunes 17 de junio (1.382 usuarios), primer día de vigencia, y el pasado 24 (1.874 usuarios). Sin embargo hay muchas plazas que han permanecido vacías durante las horas de pago (de 9.00 a 14.00 y de 16.00 a 20.00, en días laborables). El gerente de la empresa concesionaria, Manuel Ríos, aboga por dejar pasar el periodo de adaptación: "Hay gente que se está enterando ahora que en el centro hay sitio para aparcar".

Muchos ciudadanos hacen sin embargo la lectura opuesta: "Ya no se puede dejar el coche aquí, ni los vecinos, ni quienes venimos a trabajar, ni quienes vienen a comprar", declara Mari Carmen Cidoncha, que atiende una panadería en la plaza de Pizarro. Casi toda la zona azul circundante está vacía. "Se nota menos movimiento", advierte, mostrándose contraria a que se imponga un nuevo pago a los ciudadanos.

Con ella coinciden otros trabajadores de la zona, como Claudio Redondo, zapatero en la calle Oviedo, o Antonio Luis Lozano, cuya oficina está cerca de la calle Anas. O vecinos que no piden no identificarse, pero que explican las dificultades que supone que supone vivir en una calle del centro de Mérida pintada íntegramente de azul. "Tengo un bebé y me toca llevarlo en brazos hasta lejos, donde haya podido dejar el coche". Muchas quejas y huecos vacíos de momento en la zona azul emeritense.