Los análisis son como la política, no se sabe el resultado hasta que se ven los efectos. Cuando se recibe, es como cuando tropiezas, o no pasa nada o te das un batacazo que ves las estrellas, y eso es lo que sale en los análisis: estrellas.

Es lo primero que ves, esos malditos asteriscos que te dicen como andas de ácido úrico, glucosa, colesterol, triglicéridos y una lista interminable que no sabes a que se refiere pero que está en la sangre. El lío que deben tener es descomunal, como los concejales cuando le dan sus distritos y responsabilidades. La vena es la oposición que vigila con el microscopio.

Los análisis acojonan. Ayer recibía con cierta incertidumbre uno completo el alcalde Pedro Acedo. Lo primero que miró fue las estrellas. No tenían. Una sin importancia. Vamos, un alférez cualquiera, y creía que era capitán general.

Descansa uno cuando ve los resultados y compruebas que todo, por el momento, va bien. Mi padre, que era un sabio en estas cosas decía: "Si quieres ser feliz como dices, no analices". De ahí que los médicos suelen ser los últimos en hacerse una analítica. Por si acaso.

Y Acedo después de la alegría del resultado ya está pensando en el tercer consejero, que puede ser consejera, sería lo normal, le toca a la mujer por eso de la paridad y Julia Ferreira, que ya ha parido, tiene muchas probabilidades.

El alcalde lo está pensando porque piensa que alguien, si no se presenta, sea su sustituto. Todo esta supeditado a otro análisis y, es que en esta vida estamos analizándonos continuamente. Todo depende de las estrellitas.