El concejal del PP Fernando Molina avisó ayer que buena parte de los 2,4 millones de euros del superávit de 2017 deberán destinarse a la amortización de la deuda. El edil hizo «una advertencia sobre los titulares que ha estado lanzando» el alcalde, Antonio Rodríguez Osuna, que quiere negociar con Podemos e IU el destino de esos fondos si el Ministerio de Hacienda permite destinarlo a obras e inversiones. «Lo normal es que gran parte de ese dinero tenga que ir a amortizar la deuda. Ante todo, garantías de pagar lo que debemos», dijo.

Respecto a los presupuestos municipales de 2018, Molina criticó el estado en el que se encuentra la ciudad y exigió al Equipo de Gobierno aplicar «la regla de las tres b: baldosas, bordillos y bombillas, ya que monumentos como el puente romano no se han iluminado en plena Semana Santa, las baldosas están despegadas y los bordillos causan accidentes».