Las escombreras ilegales proliferan al calor de la crisis. El concejal del PP Fernando Molina denunció ayer la existencia de más de 70 puntos de acumulación de ripios y otros residuos "altamente contaminantes" alrededor del casco urbano, situación que atribuyó a la dejadez y falta de control del Ejecutivo socialista. Hormigón, maderas tratadas, hierro, electrodomésticos, sanitarios e incluso un coche son algunos de los materiales que pueden encontrarse en estos basureros ubicados en las afueras de Mérida.

El 'Camino del Palo' (en las Abadías) y las traseras del colegio Las Josefinas, el hotel Las Lomas o Los Salesianos son algunas de las zonas en peor estado, según Molina. Al respecto, el Equipo de Gobierno afirmó que se cumple con la labor de recogida aún sin medios adecuados ya que "el PP dejó un contrato de limpieza mermado", si bien reconoció que "estamos en una época en la que los particulares que hacen obras, pequeñas empresas de autónomos, no realizan las gestiones pertinentes con los gestores homologados, pagando sus cuotas y tasas, y es verdad que es una situación sobrevenida de mayor impacto en esa línea".

Molina afirma que son "cientos de toneladas de escombros los que se amontonan alrededor de las zonas urbanas, barrios y caminos formando dos anillos que encorsetan la ciudad a ambos lados del río", con entre 75 y 80 puntos de acopio de chatarra y ripios. Además de la mala imagen y el peligro que pueden llegar a producir, el concejal recuerda que este tipo de basura es "altamente contaminante" y por ello demanda más vigilancia por parte del Equipo de Gobierno, así como que se hagan cumplir las ordenanzas. "Es una cuestión de dejadez absoluta. Se preocupan por que venga la Unidad Militar de Emergencia (UME) para retirar el camalote y luego nos encontramos esto en una ciudad patrimonio de la humanidad", critica Molina, que recuerda que estos productos tienen que reciclarse adecuadamente.

El edil reconoce que esta problemática "viene de largo", pero sostiene que si se ha llegado a la situación actual es porque "no se ha limpiado y controlado lo suficiente", como sí ocurrió en los dos años anteriores. "Al Gobierno de Mérida no se le pide nada extraordinario, sino que cumpla las leyes y obligaciones para resolver los problemas de los ciudadanos. Que limpien y sancionen a quienes no respetan las ordenanzas municipales", afirmó.

LIMPIEZA SEMANAL En respuesta a las críticas del PP, el Gobierno local afirmó que la proliferación de escombreras en las afueras de la ciudad no es nueva, sino que viene "de otras legislaturas y de un tiempo de mayor dejadez, como cuando Molina formaba parte del Equipo de Gobierno". Aseguró que el servicio de recogida de basuras y el Parque Municipal reciben órdenes semanales para proceder a la retirada de basuras, ripios y demás detritus que se depositan en la vía pública.

"Se cumple con la labor de recogida, aunque desgraciadamente estamos en una época en la que los particulares que hacen obras, pequeñas empresas de autónomos, no realizan las gestiones pertinentes con los gestores homologados, pagando sus cuotas y tasas, y es verdad que es una situación sobrevenida de mayor impacto en esa línea", indicó. El consistorio señaló además que los ripios no solo llegan a las escombreras ilegales, sino que también se vierten en parcelas privadas, por lo que desde el Servicio de Disciplina Urbanística se notifica a sus propietarios que las mantengan y limpien. En cualquier caso, recuerda que los servicios de los que dispone el ayuntamiento "no son los adecuados porque el anterior Equipo de Gobierno dejó un contrato de limpieza mermado". Así, explica, el esfuerzo debe ser mayor y la planificación se debe hacer mucho más detallada.