A la espera de que lleguen lluvias continuadas, la situación de las presas de la zona de Mérida es preocupante. La de Alange, de la que se abastece la ciudad, está al 20,6% de su capacidad total y en situación de "alerta"; mientras que Cornalvo --que distribuye agua a cinco poblaciones de la comarca-- no llega al 17% de agua almacenada y sufre "emergencia" por la sequía. Son los últimos datos de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) a 1 de diciembre. Así, estos dos embalses son los que tienen un porcentaje más bajo de agua almacenada de toda la cuenca de la CHG en la provincia de Badajoz; que está al 37,5% de capacidad. Más aliviada es la situación de Proserpina, que está al 57% de su capacidad. En todo caso, entre las tres presas han perdido 60 hectómetros cúbicos de agua embalsada en los últimos doce meses; es decir, 60.000 millones de litros, la gran mayoría (59.500) de la presa de Alange.

Los datos de la Confederación ponen de manifiesto que en la actualidad el embalse de Alange almacena 175 hectómetros cúbicos de agua (su capacidad máxima es de 851,7) lo que supone 59,5 menos que un año antes. Cornalvo, por su parte, tiene 0,5 hectómetros cúbicos (su capacidad máxima es de 3,1) 0,3 menos que en diciembre del 2008; mientras que Proserpina ha perdido en este período 0,2 hectómetros cúbicos.

Y es que la sequía está dañando de manera considerable la situación de los embalses. Por ello, desde la CHG ya se han tomado medidas. Así, en Cornalvo se va a realizar un trasvase temporal desde el Canal de Orellana y la solución definitiva se va a hacer con el cinturón el anillo hídrico que llega a Mérida.

En el caso de la presa de Alange, pese a ese bajo nivel (20,6% de agua embalsada), desde la CHG insisten en que está garantizado el abastecimiento tanto para el consumo humano como para las labores de riego agrícola; incluso para hacer frente a la instalación de una central de ciclo combinado en la zona.

En todo caso, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, Eduardo Alvarado, ha pedido recientemente a los agricultores que racionalicen el agua de riego para los cultivos, al igual que a los ciudadanos a la hora de consumir.