La publicidad en los medios de comunicación en 1905 se limitaba a la prensa, ya que la radio no se había inventado. Tendrían que pasar muchos años para que se oyera por primera vez la voz de una locutora en Radio Barcelona. Los empresarios emeritenses eran conscientes de que la publicidad era efectiva y algunos de ellos estuvieron anunciándose años.

Las farmacias de Yustas y Valverde tenían una sana competencia de productos para curar toda clase de enfermedades. Las píldoras Yustas decían en el anuncio: "Curación segura y radical de la anemia y fiebres palúdicas en todas sus formas, sean tercianas, cuartanas o cuitidianas. Insustituibles en el desgano, convalecencia de enfermedades graves y debilidad general por enfermedad, vejez o excesos". Estas píldoras eran milagrosas. Y no digamos de la bondad del aceite puro de hígado de bacalao, citrato de magnesio efervescente y toda clase de cremas, jarabes y preparados que se elaboraban en la misma farmacia.

La farmacia de Valverde, que estaba situada donde está actualmente la farmacia de Angel Fernández Chacón, también preparaba toda clase de potingues que curaban todo. Y se vendía vino de hemoglobina, quina, yodotánico y un exquisito jarabe de rábano yodado y hasta un licor de brea.

LA CAMERANA Las pastas alimenticias para sopas eran un producto que ganó premios internacionales, sin embargo el producto de esta marca que más se conocía era el de la gaseosa y sifones La Camerana. Se tomaban en toda la ciudad y tenían su distribución y venta en la plaza del Rastro. Estas bebidas se utilizaban en todos los establecimientos de bebidas de la ciudad y en uno de los comercios más carismático como Casa del Padre Mollete, de Vicente Galán, o el comercio La Verdad, de Tomás Lancho, y no faltaban en las páginas de todos los periódicos.

Los colegios de chicos y chicas también se anunciaban, pero el que más se publicitaba era el colegio de Santa Ana.

La ciudad era pequeña pero sus industriales se daban a conocer en los medios, que se limitaban a la prensa, y por prospectos que se repartían en la calle como propaganda de mano.