MERIDA

La ciudad de Mérida ha estado ligada siempre a sus puentes. En la época romana se construyeron dos puentes que son el orgullo de Mérida: uno sobre el río Guadiana, el mayor de todos, y con el de Alcántara el más conocido y admirado de España, y otro, más pequeño, en el río Albarregas.

El insigne arqueólogo José Alvarez Sáenz de Buruaga, y su hijo José María, ha hecho trabajos preciosos sobre el puente romano sobre el río Guadiana, que ha visto pasar legiones y tropas romanas, visigodas y árabes y siglos de reconquista. Todas las generaciones de esta ciudad ha estado siempre vinculadas al puente de una u otra manera.

Mérida sólo tuvo un puente hasta 1954, que se construye el puente Nuevo de Fernández Casado; aunque antes se levantó el del ferrocarril, en 1883. Y en la década de los 80 y 90 del pasado siglo se hicieron el Lusitania y el de la autovía de la N-V, respectivamente.

FERIAS

Mérida ha comenzado a vivir cara al río. En siglos pasados el puente romano era el único medio que se tenía para poder pasar el río Guadiana y junto a el transcurrieron aspectos ciudadanos como ferias, paseos, la ermita de San Antonio, reconstrucciones, riadas y en las ordenanzas de 1677 y 1902 se comenta su perpetuidad con la ciudad en determinados aspectos. El puente romano tiene la edad de Mérida.

Cuando llega el ferrocarril se tiene que proyectar un nuevo puente y comienzan las obras en 1881. Lo construye la Compañía de Ferrocarriles Extremeños que formaban como socios Juan Boix, el general Pastor y Landro y el ingeniero inglés William Finch Festherstone, padre de la emeritense, escritora y poetisa Ana Finch, que se casó con el procurador de esta ciudad Manuel Martínez y tuvieron dieciocho hijos (diecisiete hembras). Los anteriores historiadores mencionados Alvarez Sáenz de Buruaga fue su suegra y José María Alvarez Martínez su nieto. Se inauguró en 1883.

EL PUENTE NUEVO

El puente Nuevo se construyó en la década de los cincuenta y en 1954 se abre al tráfico para dar un poco de descanso al puente romano.

Tiene 560 metros de longitud, una anchura de 30 metros con paso para peatones de seis metros, tres en cada lado; 8 ojos de 60 metros de luz y se sostiene sobre 6 pilastras de una anchura de 6 metros.

El ingeniero proyectista, y que lleva su nombre, fue Carlos Fernández Casado. Por la importancia industrial de la ciudad y el aumento de parque automovilístico se hacía imprescindible, ya que Mérida la cruzaban dos carreteras nacionales la N V de Madrid-Lisboa y la Vía de la Plata, N 630, de Gijón-Sevilla.

Mérida siguió creciendo y se abrió un nuevo puente el Lusitania y al proyectarse la autovía Madrid-Lisboa se hizo otro. Cinco puentes sobre el río Guadiana que demuestran el futuro que tiene la ciudad de Mérida.