El debate está servido. El proyecto de reforma que ha presentado el ayuntamiento para la remodelación de los quioscos de la plaza de España bajo el lema 'Espacios Verdes' no ha dejado indiferente a nadie. Sus líneas modernas, que incluyen grandes cristaleras y una pared de cubierta vegetal, junto a la nueva ordenación que se hará del espacio, con los veladores colocados en paralelo a las calles aledañas a la plaza, han generado controversia entre los usuarios de estos espacios, hasta el punto de que más de 600 firmas piden ya en la plataforma Change.org que el proyecto no se lleve a cabo.

Los detractores alegan que las líneas "verdes y futuristas" de los nuevos quioscos romperán la estética de la plaza de España, rodeada de edificios singulares como el Palacio de la China, la concatedral de Santa María o el hotel Mérida Palace. Los defensores entienden que es necesario dar un nuevo aire a los anticuados quioscos de los años 20, que gracias a la reforma contarán con un sótano más accesible, zona cubierta para el invierno o una pequeña cocina para preparar aperitivos. En lo único que todos coinciden es en la necesidad de construir unos aseos.

La guerra se está dando sobre todo en las redes sociales, donde pueden encontrarse críticas para todos los gustos: desde dar marcha atrás al proyecto y dejar la plaza como está a "copiar" el diseño del quiosco de prensa ubicado frente al Palacio de la China pasando por una exposición pública de los 17 proyectos que se han presentado al concurso de ideas. Se ha lanzado además una petición en la plataforma Change.org para pedir al ayuntamiento que no ejecute este proyecto, petición que al cierre de esta edición acumulaba 628 firmas.

El diseño de los nuevos quioscos es obra del arquitecto cacereño José Javier Sánchez Sánchez, que ha resultado ganador del concurso de ideas convocado por el ayuntamiento para tal fin. Se recibieron un total de 17 propuestas y la de Sánchez fue la escogida por un jurado técnico compuesto en su mayor parte por arquitectos. El coste de la obra para adaptar los quioscos al nuevo diseño será de 725.000 euros, cantidad que deberá ser asumida por los futuros adjudicatarios de los bares. Estos también saldrán a concurso, pues según recuerda el ayuntamiento la concesión de las licencias lleva caducada desde el año 2003. El consistorio no quiso ayer hacer declaraciones sobre la controversia generada en torno al proyecto y las firmas en contra que se han registrado.