--¿Cómo valora el PP la primera mitad de la legislatura?

--Creo que, partiendo de la realidad que nos encontramos al llegar este ayuntamiento, que estaba estructural y económicamente destruido, con una crisis muy profunda tanto administrativa como económica que hubiera llevado a tener que cerrar sus puertas y a la quiebra absoluta si se hubiera seguido con las anteriores políticas, el balance es relativamente bueno. Estamos sacando al consistorio de la situación en que se encontraba. Hemos conseguido, con políticas de austeridad en el gasto, un recorte importante y un ajuste del déficit que está empezando a dar sus frutos y que, además, va a conseguir tener al ayuntamiento en el sitio que se merece.

--Sobre la destrucción económica, denunciaron una deuda de 75 millones. ¿A qué se refiere con la administrativa?

--A que nos encontramos un ayuntamiento sobredimensionado, con una cantidad de nóminas que al final se repercuten en la economía de la ciudad, en sus ciudadanos. Por tanto, me refiero a un consistorio con una cantidad de nóminas excesiva, un ratio de funcionario local por ciudadano muy por encima de otras ciudades similares a Mérida, como Avila. Estábamos pagando en torno a 1.200 nóminas, en muchos casos puestos de libre designación, teníamos un director de movilidad, otro de urbanismo, de la Ciudad Deportiva... Unos puestos que no eran necesarios, como a la vista ha quedado.

--Aparte del recorte de esos cargos, también se ha reducido personal laboral, con 28 despidos como su medida más polémica.

--Hay que manifestar que arrancábamos de tres planes de saneamiento en los que se establecía un gasto de personal de 22 millones, realizados por el PSOE y que jamás se cumplieron. Nos encontramos, como decía, una estructura de administración sobredimensionada, y nos ha tocado establecer políticas de gestión que no son las más agradables, pero sí las más responsables. Ha habido 28 despidos, pero ningún servicio se ha visto mermado, la calidad sigue siendo la misma.

--Los despedidos han recurrido y mantienen las protestas. ¿Es un capítulo cerrado?

--Entiendo que para nosotros, administración, ha sido un capítulo, una decisión, difícil de tomar, pero que ha tenido su inicio y su final. Nos hemos ajustado a los procesos legales establecidos en personal. Entiendo que ellos, ante la defensa de lo que consideran sus derechos, actúan y la ley les ampara para actuar como están ven conveniente.

Para nosotros no fue una decisión fácil y, lejos de ser tomada de forma unilateral, se nos llevó por parte de los propios sindicatos. Porque establecimos un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) con unas medidas paliativas de los despidos, un plan de acompañamiento social que en ningún caso los sindicatos quisieron negociar. Todas las personas incluidas en ese ERE hubieran tenido la oportunidad de quedarse, como lo planteó este ayuntamiento, con una reducción de jornada.

--Han declarado que intentarán que no haya más despidos, ¿siguen sin descartarlo totalmente?

--Las decisiones que hemos tenido que tomar están empezando a dar sus frutos. Tenemos la obligación, porque eso fue lo que los ciudadanos quisieron porque pidieron una gestión distinta a la anterior, entendiendo que no era buena, y la nueva está dando sus frutos. Hemos ahorrado 2,5 millones en personal en altos cargos, hemos creado delegaciones como Compras, en las que existe un control real de la administración sobre el gasto... Ahora mismo esos frutos están empezando a ponerse sobre la mesa. Tenemos que seguir rodando y estamos estudiando muchas y varias opciones.

--Otra medida muy criticada es la de las privatizaciones.

--Partimos de una premisa errónea al hablar de privatizaciones. Una privatización es una cuestión distinta a la externalización de la gestión de un servicio, y no estamos optando por las privatizaciones, sino amparando un cambio de modelo de gestión. Entendemos que, además, se ha pedido desde las urnas desde el momento en el que al PP se le ha dado una mayoría absoluta, frente a la actuación del PSOE. Nuestra propuesta está encima de la mesa y está dando números, como el ahorro en la Ciudad Deportiva en el entorno de los 950.000 euros, como el de la empresa de transportes, con un gasto de 1,9 millones que al externalizarlo, se consigue que el coste sea menor y el servicio, mejor.

--¿No se podría lograr mejorando la gestión pública en vez de adjudicando el servicio a una empresa?

--Todos sabemos que la gestión desde lo público no es similar a la gestión desde el ámbito privado. En lo público, el coste de un servicio se dispara por convenios de trabajadores, horarios de trabajo... Y eso está más que comprobado en la efectividad de casi todos los servicios.

Pensamos que ese modelo es bueno para la ciudad, porque una de las cuestiones básicas que planteamos, la potenciación del empleo, se apoya desde la gestión externalizada. Cuando a una empresa se le da trabajo, esta tiene que contratar efectivos, lo que reduce el paro. Lo cierto es que desde lo público todo no se sostiene y eso es una realidad. No puedes tener 2.000 nóminas en una administración, porque hay que pagarlas, entre todos. Lo público no significa lo gratis, también tiene su coste. Y cuando el coste se dispara, pues hay que buscar políticas lo minimicen y lo hagan más rentables.

--Se suele hacer referencia a la deuda heredada, ¿no cree que los ciudadanos esperan que se hable más de soluciones?

--Las soluciones están, pero en este caso no estamos hablando de que las soluciones sean aquellas a las que hemos estado acostumbrados en otras épocas y otras circunstancias. La visualización de lo que se hacía desde la administración era mucho más tangible. Yo tengo claro que dejaré de recriminarle al PSOE la herencia que dejó a esta ciudad, en el minuto en que ninguno de los ciudadanos deba un euro de esa deuda. Desde el bebé de un año hasta la persona que tiene 80 debe una cantidad de dinero a su propia ciudad, es fundamental que los ciudadanos lo sepan. Por eso, este partido, y yo como secretaria del PP y como vicealcaldesa, dejaré de hablarles de la deuda el día en que se haya pagado ese dinero que se derrochó.

--¿Cuál considera que es el principal logro en estos dos años?

--Que los números empiecen a cuadrar. Que hayamos avanzado en un plan de estabilidad presupuestaria y saneamiento en el que planteamos que íbamos a llegar a una reducción como la que tenemos hoy a finales del 2014, lo hemos logrado en el 2012 y los números son más esperanzadores que lo que nuestro propio plan de saneamiento contaba. Creo que es la mejor noticia, saber que el ayuntamiento va saliendo adelante y que la gestión que mi partido está haciendo va dando sus frutos.

--¿Qué opina del planteamiento de que el PP no ganó las elecciones, sino que las perdió el PSOE?

--Creo que lo que la ciudadanía pidió tanto a nivel local, como regional y nacional, fue un cambio de modelo de gestión, como he comentado antes, y esa opción la amparaba el PP. Considero que al final sí que es una realidad que a nuestro partido, siempre, desde los años que hemos pasado en democracia, nos ha tocado siempre gobernar en época de crisis. Al final eso dice mucho de un partido, porque somos al final esa tabla de salvación cuando se ve que las cosas no funcionan. La ciudadanía termina por apoyar políticas como las nuestras.