Muchos de los vecinos que residen en el barrio de Los Bodegones no ocultan su malestar por el ruido y las incomodidades que les causan "la masificación de bares" y otros locales de hostelería que se han ido instalando poco a poco en los soportales de sus viviendas.

Una de las afectadas, Demetria Porro, de 82 años, asegura que el ruido de la música que proviene de un pub situado en los bajos del bloque en el que reside es de tanta intensidad que le impide conciliar el sueño y produce "vibraciones hasta en el tercer piso", relata.

Por ello, expuso que los afectados, que, según ella, "son muchos", han decidido tomar cartas en el asunto y denunciar los locales que incumplen las normas de ruido y de horario de cierre.

COMPORTAMIENTO INCIVICO En esta misma línea se mantuvo otra de las inquilinas del mismo edificio, Antonia Moreno, quien apuntó que algunos días tiene que recurrir a los somníferos para conseguir dormir, al tiempo que describió otros inconvenientes que producen la proliferación de pubs y bares en la barriada: Muchas de las personas que frecuentan estos locales se comportan de modo incívico, ya que, "vomitan, orinan y defecan en la calle".

Por todos estos motivos, subrayó que han interpuesto muchas denuncias en la policía local, en concreto contra uno de los pubs ubicado en la calle Jorge Guillén y han pedido al ayuntamiento que no concentre tantos locales de hostelería en "una zona residencial, cuando existen mejores emplazamientos para evitar molestias a los ciudadanos", afirmó.

Otros de los residentes de la misma calle, en la que hay cinco negocios hosteleros en apenas 30 metros, Angel Reyes, explicó que muchos de los inquilinos han tomado medidas para paliar el "tremendo e insoportable ruido al que están sometidos". Entre ellas, apuntó el traslado del dormitorio a otra parte de la vivienda y la instalación de ventanas dobles en las habitaciones.

Por otra parte, el alcalde Angel Calle tiene se reunirá esta noche con los vecinos del bloque situado en el nº 4 de la avenida Reina Sofía, donde la empresa Rupachame quiere abrir un café concierto cuyo permiso de apertura está paralizado.

Esta empresa ha denunciado a la comunidad de vecinos por acoso, tras encontrarse un día la puerta del local con dos candados y por no dejarles pasar a las zonas comunes. Además, acusan al ayuntamiento de ponerse de parte de los vecinos, algo que niega el consistorio, desde donde afirman que solo quieren que se cumpla la ley.