Los restos humanos sin identificar encontrados en el cementerio cuando se hacían las obras de dos mausoleos no presentan indicios de muerte violenta, y pertenecen a enterramientos naturales y no clandestinos.

El dato lo han aportado el médico forense de la Facultad de Medicina de la Universidad de Extremadura, Mariano Casado, y el médico paleopatólogo y profesor de Historia de la Medicina, Diego Peral, que ayer revisaron unos 20 restos humanos encontrados el 14 de abril y el 25 de mayo con motivo de las obras de dos mausoleos que se hacen en la zona antigua del cementerio.

La revisión se realizó en presencia de miembros de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Mérida, promotora de esta iniciativa, y del técnico de Sanidad del ayuntamiento, Miguel Saíz, en la sala de autopsia del cementerio.

Los especialistas se fijaron, sobre todo, en los cráneos y los huesos largos, como el fémur, ya que eran los lugares donde solían disparar a los prisioneros de la guerra civil.

Las conclusiones son que son restos de al menos 75 años de antigüedad con los únicos signos de violencia de haber sido destrozados por una máquina y sin interés médico forense.

Ambos calificaron como "expolio" lo hecho en estas tumbas y criticaron la falta de delicadeza a la hora de ejecutar los mausoleos. "Podían haber trasladado antes los cadáveres. Estaban descansando tranquilamente y los han levantado", argumentan.