Los Reyes Magos no salían en cabalgata como en la actualidad. En el año 1905 la preocupación era sobrevivir. Los tiempos hace cien años eran muy diferentes y comer para una buena parte de la población emeritense era lo más importante. Pero a ningún niño le faltaban sus reyes, bien se compraban o se confeccionaban en casa, pero para todos, por muy humildes que fueran, había algo o alguien que se preocupaba de que a esa mágica noche infantil la ilusión no le diera la espalda.

Los regalos se adquirían en el bazar Camerano, que tenía su comercio en la plaza de la Constitución, hoy de España, y en la calle Santa Eulalia 1 y 3. Y como regalos de reyes se vendían: "caprichosos y elegantes juguetes en bebés articulados, clows, arlequines, charrets, velocípedos, coches, tranvías, automóviles, tambores, trompos y escopetas. Juegos de cocina, de mesa de tocador, de café y de salón. Preciosos muebles para muñecas. Cajas de música, de pintura, de lotería, de soldados y de toreros. Cabás, carteras, neceseres y estuches". Y se anunciaba para la ´distinguida parroquia infantil".

NUEVA CORPORACION El mismo día 1 de enero se reunió la corporación municipal para dar paso al nuevo ayuntamiento tomando posesión como alcalde Carlos Pacheco y los concejales que se eligieron en noviembre, que fueron: Fernando Pacheco, Pedro Mora Osorio y Fidel Macías Bruñuelas. Como síndico, Antonio Fernández.

La sesión no se terminó hasta que se leyó una propuesta del concejal Tomás Lancho y su compañero Manuel Gutiérrez, ambos republicanos, sobre la designación el 9 de noviembre de los nuevos concejales. Tomás Lancho defendió una postura contra el alcalde saliente, Miguel Galán, ya que las elecciones no se habían llevado adecuadamente y esa propuesta la defendió con tal decisión y claridad que ganaron el asentamiento de la mayoría y la entusiasta aprobación del público.

La réplica del alcalde saliente no se hizo esperar, la expuso de tal forma que Lancho pidió que se escribiera ya que estaba diciendo palabras violentas y provocadoras. El publico rompió en silbidos. El alboroto fue tal que el nuevo alcalde tuvo que mandar desalojar el salón de actos. La proposición de Lancho fue aprobada por mayoría.

Estos primeros días de 1905, el 7 de enero, el poeta Manuel Monterrey dedicaba un largo poema titulado Invernal a "la elegante escritora Ana Finch". La pobreza en la ciudad era una de las mayores preocupaciones de los ediles de entonces a cuya cabeza estaba el alcalya citado.

´VESTIR AL DESNUDO´ Así titulaba Luis Moreno Torrado, director del semanario La República la noticia de la entrega, por parte del colegio Santa Eulalia, de prendas de vestir el día de los Reyes por las señoritas de este centro de enseñanza.

Este colegio de niñas daba clases de Caligrafía, Gramática, Aritmética, Francés, Música, Dibujo, Bordados y encajes de todos géneros, a mano, por profesoras competentes. Este colegio de niñas se abrió en los primeros días de 1905.

Las señoritas que costearon estas prendas de vestir fueron Rosario Nogales, Rafaela García Pelayo, Ventura Conejos, Dolores López de Ayala, Mercedes Osorio, Amalia Fernández y Dolores y Luisa Gragera, y las niñas Anastasia Romero, Teresa Rigan, Luciana Huertas, Laura Solano, Elisa Enciso, Avelina Tarín, María Ferro y Eulalia Gutiérrez. Las prendas distribuidas fueron 9 pañuelos para niñas, 13 camisas, 2 pantalones chicos, 6 cortes vestiditos de franela y 5 pañuelos para la cabeza. Todas se compraron en el comercio de Luis Díez por 33,50 pesetas. El cronista comentaba: "El acto realizado en el colegio de Santa Eulalia, insignificante por la cantidad distribuida, es de importancia por las tiernas criaturas a quienes se debe y la forma feliz preocupándose de las desgracias y cumpliendo con ella una de las obras de misericordia: vestir al desnudo. ¡Qué hermoso es eso!".

Los reyes llegaron en 1905.