La festividad de Santa Bárbara durante varias décadas fue todo un acontecimiento en la ciudad. Se preparaba con sumo cuidado y días anteriores al 4 de diciembre, los soldados de Artillería estaban celebrándolo con todos los honores. Y los familiares que de una u otra forma participaban en estos actos, tanto lúdicos como religiosos.

Los oficiales del Cuerpo de Artillería, desde los años veinte, ya daban signos de estar en estas celebraciones en primera fila, como Narciso Rodríguez Ramírez, que fue profesor cuando era capitán en la academia Lozano, que se encontraba en la calle San Salvador y de ella salieron alumnos como José Gómez Sala; Francisco López de Ayala y de la Vera, que años después sería alcalde de la ciudad; el general Rafael Padilla; Rafael Romero y López Tello; José Acha Asensio; el coronel Antonio Idanzo; Manuel Molto Luque; y, un militar, muy destacado, aunque fuera de Infantería, pero sería injusto no mencionarlo, que fue Alfonso Pérez Viñeta, que llegó a ser capitán general en Cataluña.

LA PATRONA Días anteriores se hacían los preparativos, los oficiales tenían cierto privilegio y sus actos lo celebraban aparte de los suboficiales y tropa, como una cena de gala con baile hasta la madrugada donde muchas jóvenes emeritenses, hijas o allegadas a los militares se vestían de largo. Estos primeros bailes en la década de los sesenta y setenta se celebraban en el Círculo Emeritense y en la Sociedad de Tiro de Pichón y Deportes Proserpina. Los suboficiales el baile lo hacían en el Liceo. Pero, la alegría era desbordante.

La tropa era la que mejor se lo pasaba. Tenían sus capeas como vemos en las fotografías y se divertían tomando parte en ella, La Pepa , que era el camión militar que recogía y arrastraba la animal, era vitoreado por todos. Otros actos de tipo cultural se celebraban en el Teatro-Cine María Luisa o en el Alcazaba se hacían representaciones teatrales, canciones y puesta en escena de ciertos acontecimientos de la propia vida del cuartel. Aquí hizo la mili el actor de cine y teatro Juan Luis Galiardo, y durante su estancia en el cuartel Hernán Cortés formó parte activa en estos acontecimiento como un soldado más.

Los militares que, posteriormente democratizaron esta festividad y ofrecieron más unión entre los oficiales, suboficiales, tropa y familia fueron los coroneles Manuel Periañez; Jorge Torres; José Trías, que murió en un accidente de coche; Carlos Sebastián; Gerónimo Ruiz Berri, y actualmente en servicio en el destacamento de Bótoa en Badajoz José Maderas Robledo, que como otro emeritense más tomó parte activa en la fiesta.

EL OLVIDO El cuartel Hernán Cortés desapareció y su último jefe fue Jaime García de Castro, que como teniente coronel dio el adiós definitivo a la celebración de Santa Bárbara como patrona de Artillería en 1977.

Los desfiles en el patio de armas del cuartel Hernán Cortés, en la zona de la parroquia de Santa Eulalia o en la Plaza de España, que era más vistosa, eran seguido por todos los familiares de los soldados y buena parte de la población. Mérida ha perdido esta festividad y ahora se desarrollan los actos en el cuartel de Bótoa en Badajoz. Ya no oiremos la diana floreada ni los cohetes en la víspera de Santa Bárbara. Ni veremos los soldados por sus calles, sin embargo nos quedas un recuerdo entrañable de los oficiales y suboficiales que hicieron historia en el cuartel Hernán Cortés.