Mérida celebra hoy el día de su patrona, Santa Eulalia. La imagen de la Mártir fue trasladada anoche de su parroquia a la Concatedral de Santa María por los fieles, que son miles, y los peregrinos que hicieron su camino desde la Ermita de Perales a la ciudad. Hoy tendremos celebraciones religiosas y profanas.

Por la mañana Santa Eulalia vuelve acompañada de todas las cofradías y parroquianos a su iglesia. Una ofrenda floral de la Asociación de Vecinos Nuestra Señora de la Antigua embellecerá el Hornito junto a cientos de emeritenses, muchos vestidos con el traje regional. A esta procesión asiste todo Mérida y la devoción se nota en el ambiente. Misa solemne y homilía. La carroza que lleva la Mártir es de plata, una preciosa joya de orfebrería. Las autoridades civiles, militares y religiosas acompañan a Santa Eulalia en el acto procesional.

Después de los actos religiosos viene lo profano, la apertura de las pitarras. Algunas son particulares y sólo están presentes familiares e íntimos amigos. La más popular es la de Santiago Carrasco , que se ha institucionalizado y da un colorido especial a la fiesta. El vino corre que da gusto, del año, se come al mismo tiempo que se bebe. No hay invitaciones. Se comenta de todo y no falta el alcalde que, como primera autoridad política, 'cupa' para sacar el primer caldo, que ya están hartos los comensales al llegar de la misa un poco tarde. El acto ritual lo hacen los habituales emeritenses y algunos de fuera que quedan gratamente sorprendidos de la cordialidad del momento. Todos los políticos están presentes, no hay colores políticos y la copa se comparte con todos de forma indistinta. Se está allí hasta que el cuerpo aguante.

Los toros se han suspendido, las lluvias nos está dando todas en el mismo lado, los embalses por esta zona están repletos y Proserpina ya está en su cota máxima y tirando agua por los aliviaderos. El día es completo, las lluvias si son continuas pueden deslucir algunos actos, como ha ocurrido con los toros, pero siempre habrá un momento en que salga el sol y se aproveche para celebrar, lo mejor posible, el último día de este largo puente en el que muchos emeritenses han hecho un viaje o pasado unas cortas vacaciones.