Ir al banco suele ser una tarea poco agradecida debido a las largas colas y a las esperas. Los clientes de la mayoría de las oficinas instaladas en la calle Santa Eulalia que ayer madrugaron para evitarlas se llevaron una sorpresa al ver que la cola no estaba dentro, sino fuera de las entidades. El motivo: los empleados no pudieron abrir las puertas porque alguien había sellado las cerraduras con pegamento. Los cerrajeros no daban abasto. Pasadas las diez y media de la mañana se conseguía abrir la puerta principal de la oficina del Santander.

En la puerta esperaban los empleados, que no se explicaban lo ocurrido y numerosos clientes.

La misma escena se repitió al menos en las oficinas del Banesto, CajaSur, Caja Extremadura, Banco Pastor, Caja Duero o el Banco Popular. Otros como el Banco de Sabadell o Caja Madrid se salvaron. En ambos casos cuentan con cámaras de vigilancia en el exterior.

No es la primera vez que ocurre algo similar. El 7 de octubre del 2008 la historia se repitió. Entonces el visionado de las cámaras sirvió para aclarar que se trataba de un acto vandálico. Aquel día las víctimas no solo fueron bancos y cajas, sino que también se sellaron las puertas de la oficina del Organismo Autónomo de Recaudación (OAR) de la Diputación, los juzgados de la Rambla, unas oficinas de Mapfre y de la empresa de trabajo temporal Manpower.