La Semana Santa emeritense ha sufrido unas inclemencias metereológicas que han dado al traste con sus actos religiosos.

Las celebraciones religiosas de Cáceres, Badajoz, Jerez de los Caballeros y otras muchas son de un interés que nadie puede ni debe discutir. Mérida tiene que aprovechar sus recursos, que son inmejorables. Ver una procesión bajo el arco Trajano o de fondo el acueducto de Los Milagros. Transcurrir por el puente romano. Hacer algún pequeño acto sacramental en el templo de Diana. Seguir con el Vía Crucis en el anfiteatro pero pasar a la escena del teatro romano con algún acto religioso es algo que debemos materializar.

En varios medios nacionales ya se han hecho eco de los actos religiosos en el anfiteatro romano. Hay mentes privilegiadas para enfocar actos con visión de futuro, de ahí que se propicie la calificación de interés turístico regional o nacional. Estoy convencido que nuestra Semana Santa tiene cualidades para ser de interés internacional .

Mérida posee un pastel que debe utilizar en beneficio propio. Los responsables de la Semana Santa deben buscar quien pueda dar ideas y ponerlas en prácticas. Vivir una Semana Santa con las procesiones que nos hablan de lo que ocurrió hace dos mil años, cuando la ciudad de Mérida estaba en todo su apogeo, es comprobar que tenemos unos recursos singulares. El camino ha comenzado, sólo ha comenzado, impulsémoslo para su continuidad.