Hasta el último momento. El presupuesto municipal para 2016 salió ayer adelante, a pesar de los votos en contra de PP, Mérida Participa e Izquierda Unida, con el sí a las cuentas de María Antonia Sanmartín y la abstención de Juan Luis Lara, los dos concejales no adscritos. Al darse un empate de 12 votos a favor y 12 en contra en la primera votación, tuvo que llevarse a cabo una segunda para convalidar el voto de calidad del alcalde, Antonio Rodríguez Osuna, que permitió finalmente desequilibrar la balanza y aprobar el presupuesto del Gobierno local.

La aprobación de las cuentas para el presente ejercicio, que ascienden a 45,8 millones de euros y suponen un descenso del 9% con respecto a las de 2015, evita que estas se sigan prorrogando. En concreto, el documento que se debatió ayer en pleno extraordinario cumple con las exigencias de estabilidad presupuestaria impuestas por el Ministerio de Hacienda, que se traducen en una reducción del 5% en los gastos corrientes y de personal, así como un 1% en la masa salarial. Entre los aspectos más relevantes, señalar que la partida destinada a Servicios Sociales aumenta en un 55%, el mismo porcentaje en que se reduce para los órganos de gobierno y gastos de Alcaldía, y se destina un millón de euros a un plan de empleo.

Antes de que se llevara a término la votación de las cuentas, Osuna lamentó "el cainismo de la izquierda", ya que tanto IU como Mérida Participa habían manifestado que votarían en contra, a pesar de sus ofrecimientos para negociar los presupuestos. Por ello, el regidor municipal se ofreció a llegar a "un acuerdo de gobierno" en esta legislatura para que "alguien lo firme" y evitar de esta forma un debate permanente en el que "ya no se sabe si lo que interesa es el interés general o destruir al Gobierno".

La portavoz municipal, Carmen Yáñez, manifestó en su intervención que las cuentas "no son las idóneas" debido al plan de ajuste aprobado en 2012 por el Gobierno central, pero "hay que acatar las directrices" y espera que en el futuro sean "más acordes" para propiciar el crecimiento de la ciudad y el bienestar social. "El presupuesto apuesta fundamentalmente por las personas y la atención a los más vulnerables", destacó Yáñez, quien apuntó que "se reducen las inversiones y los gastos superfluos". Asimismo, y después de que Mérida Participa acusara al Gobierno local de configurar unos presupuestos "continuistas" a los del PP, la portavoz aseguró que "se han cambiado las inversiones e infraestructuras por políticas sociales y empleo".

FALTA PARTICIPACION El portavoz del grupo municipal popular, Fernando Molina, justificó el rechazo de su partido a las cuentas por falta de "participación real" para su configuración, al tiempo que acusó a Osuna de "ausencia de liderazgo" por no haber conseguido el apoyo de izquierdas. En esta línea, criticó que el Gobierno local diga que el 88% del presupuesto "está contraído" y que no haya habido trabajo conjunto. "Al presupuesto le falta originalidad", afirmó.

Por su parte, el portavoz de Mérida Participa, Ramón Carbonell, aseguró que las cuentas son "continuistas" y que "están maquilladas con el tema social". En esta línea, lamentó que el Gobierno local no hubiese tomado en cuenta sus propuestas y subrayó que "ha faltado voluntad política" por parte de un Equipo de Gobierno que "no tiene fiabilidad". También aclaró que hasta el último día su grupo ha estado debatiendo si votar en contra o abstenerse, pero que la decisión ha sido tomada en asamblea.

Desde Izquierda Unida, su portavoz Alvaro Vázquez, rechazó un presupuesto "basado en un modelo de privatización" y mostró su desacuerdo con el plan de empleo, al considerar que sería mejor destinar ese dinero "a pagar las facturas pendientes". Para el concejal no adscrito, Juan Luis Lara, "no ha habido cambios" con respeto a otras cuentas anteriores. Sobre esta asunto, la edil no adscrita, María Antonia Sanmartín, indicó que a pesar de votar a favor, "no es el presupuesto que me gustaría", pero entiende que "es el momento de dar un paso adelante".