La última columna que tratamos sobre la encuesta que se realizó por parte del PSOE, ganando al PP por 6 puntos, y que el comité regional conoció en una de sus reuniones, han hecho su efecto.

Fuentes del PP nos han dado datos completamente distintos de otra encuesta y, según estas mismas fuentes, realizadas por un profesor universitario, que tenía que hacer unas valoraciones para una institución, y encuestó y tomó datos a 2.000 personas de Mérida para conocer su tendencias políticas. 2.000 emeritenses y el PP gana al PSOE entre 7 u 8 puntos.

Según los expertos en encuestas el número ideal para hacer una valoración con visos de credibilidad es de 1.500, aunque después todos dicen que estos datos, sondeos y encuestas no sirven para nada, pero todos las piden, las realizan, las valoran y los periodistas las comentamos con todo lujo de detalles, si se nos facilitan, como ha ocurrido en estos dos casos por personas que nos merecen toda credibilidad. Y, el efecto, ha sido fulminante. Nadie las cree, pero todos la comentan, y a los que favorecen en este caso, como a Miguel Celdrán, estaba que se vertía y su sonrisa era todo un poema.

El otoño se presenta calentito, ha comenzado la guerra de las encuestas y queda mucho camino por recorrer hasta llegar a la primavera del 2007 que es cuando se celebrarán las elecciones municipales y autonómicas. Estas encuestas que nos facilita el PP son, así nos lo confirman, de Mérida-Merida, no de Extremadura, y preguntas relacionadas con la ciudad.

Así nos lo han dicho y así se lo comentamos. Lo más seguro es que cualquiera sabe.