La dirección del Stone & Music Festival ha aseverado este lunes que aplica medidas para minimizar posibles riesgos o daños al Teatro Romano, como establecer valores máximos de sonido, utilizar sistema de medición de niveles de presión sonora y uso de técnicas de direccionamiento radiactivo de las frecuencias.

"Desde que se realizan espectáculos en este recinto, se trabaja bastante por debajo de los 100 decibelios", han afirmado desde la dirección de este festival a través de una nota informativa.

Sostiene el Stone & Music Festival que desde el inicio de su actividad en 2016, su trabajo se ha realizado en consonancia con lo indicado por el Consorcio, "al que desde el principio se le preguntó por estudios de impacto de sonido o similares sobre el monumento para adecuar los trabajos a desarrollar en éste a los mismos".

"Ante la ausencia de dichos estudios, el Stone & Music festival aplica desde su inicio medidas para minimizar los riesgos", han aseverado. Entre estas medidas figura trabajar con un desglose de material mínimo, adaptado al escenario y rechazando lo planteado por los artistas en sus giras.

Además, desde 2017 se "establecen valores máximos de sonido que coinciden con las indicaciones de valores aconsejadas por el Consorcio en 2019". También se usan "sistemas de medición de los niveles de presión sonora (SPL) con ponderación A que siempre están a la vista de los operadores del sistema".

En este marco, la preocupación de la dirección de S&M por la conservación y correcto uso del monumento, según remarcan, es tal que se han aplicado técnicas de direccionamiento radiactivo de las frecuencias, de acuerdo a la Carta de Verona sobre el uso de lugares clásicos de espectáculos.

La dirección del festival emeritense ha mostrado su "perplejidad" por las consideraciones elevadas, y de las que EFE se hizo eco, acerca de la proliferación de conciertos en el Teatro Romano de Mérida en los últimos años y el daño que pueden ocasionar al patrimonio.