El próximo año, aquellos que pasen por el templo de Diana lo podrán tocar, pasear junto a este monumento, incluso tomarse un café tranquilamente sentados en una terraza con unas vistas espectaculares. Este emblema de la ciudad ya no estará herméticamente cerrado y se abrirá más al público para que los ciudadanos no se limiten a observarlo a través de una valla más o menos estética, sino que lo vivan, que sientan su cercanía. Todo forma parte de un proyecto de construcción de un edificio contemporáneo que evoque y respete la importancia pasada de este lugar, creando una plaza elevada sobre unos pilares alrededor del monumento y que llenará este espacio de vida social, cultural, patrimonial y turística, sin afectar a la estructura original del templo, ya que el perímetro que se va a levantar estará más alejado del monumento y tendrá una altura menor a la prevista inicialmente, mientras que la plaza tendrá un acabado en tierra, como era originariamente. Además, en una segunda fase de obras se va a crear un centro de interpretación en el interior del templo.

Estos son algunos de los cambios que se han introducido en el proyecto inicial de adecuación del entorno del templo, una vez que se ha excavado la zona y se han encontrado algunos restos, que se van a conservar en el lugar. La directora general de Patrimonio Cultural, Esperanza Díaz; el directo del proyecto arqueológico, Félix Palma; y el arquitecto que lleva a cabo la obra, José María Sánchez, explicaron ayer cómo va a quedar ese entorno y por qué se actúa sobre él.

Además se ha modificado el acabado del hormigón de ese edificio que tapará las medianeras, para que sea de un color semejante al del granito del podio del templo, y se ha propuesto un sistema de cimentación menos invasivo. Sánchez señaló que, en realidad, habrá dos plazas, una a nivel de calle y una segunda elevada sobre una plataforma, de 4,80 metros. Esto hace que se minimiza la presencia del edificio perimetral disminuyendo su altura y separándolo aún más del templo "para darle mayor protagonismo, que es lo que siempre hemos querido", indicó.

USO COMERCIAL El edificio quedará más bajo que el perímetro original --a la mitad de altura del templo-- mientras que se restringe el uso comercial --algún local sin cocina y con terraza donde se pueda desayunar o tomar una copa-- a la primera planta.

Palma, por su parte, señaló que algunos restos importantes encontrados en las excavaciones realizadas en el lugar se adecuarán dentro del entorno, pero destacó que las obras no van a perjudicar al yacimiento.

El objetivo final, dijo la directora de Patrimonio Cultural, es poner en valor este monumento "para uso y disfrute turístico".