El lunes, todos a trabajar. Se acabaron las ferias, los días festivos y el puente de este fin de semana.

Hemos tenido una mala entrada, con un gravísimo siniestro donde cuatro emeritenses perdieron la vida en un accidente de carretera, que ya nos hicimos eco en esta columna.

En la madrugada del jueves, en el bar Chamorro, en la avenida Vía de la Plata, que lleva Fernando Trejo Silva, un encanto de persona y gran profesional, se le incendió su restaurante, el piso superior ha sido afectado y los otros olor, susto y preocupación.

Fernando tiene trabajando con él a 32 personas, muchas familias, y todos encantados, porque en cada comida y cena, los llenos están asegurados, ya que la calidad-precio así lo demandaba. Tanto en este lugar, donde se ha incendiado, como en el restaurante de la carretera de Proserpina, donde ahora la actividad será mayor.

Comenzó Fernando en el bar Sotano, el Chele, 27 años en el Emperatriz y al cerrarse montó su tabernita en la barriada de Las Abadías, desde entonces su éxito, por la atención prestada a sus clientes, ha ido en aumento hasta llegar a ser uno de los restauradores más queridos y apreciados de la ciudad.

Tenía todo asegurado, pero las perdidas por interrumpir su actividad empresarial en este lugar durante unos meses van a ser cuantiosas. Se recuperará. Lo principal es que después del espectacular incendio no haya ninguna víctima. A los vecinos no les llegará la camisa al cuello, algunos tendrán que reponer ropa por el humo, pero lo más importante, sus vidas, se han salvado. Mi buen amigo Fernando saldrá de esta, se lo merece.