El próximo verano el microclima instalado en el centro de la ciudad contará con una novedad: unos termómetros que harán saltar los difusores de agua a partir de una determinada temperatura. El delegado de Comercio, Antonio Rodríguez Ceballos, ha explicado que el microclima, actualmente, cuenta con un control horario que activa los difusores entre la una y las ocho y media de la tarde.

Sin embargo, cuando se produce un cambio en la climatología como bajadas de temperatura o lluvias, el microclima continúa funcionando, como sucedió el pasado 9 de agosto. Ceballos ha revelado que aún no se conocen los costes para la instalación de estos "relojes de temperatura", aunque ha asegurado que "este año será imposible".

AHORRO DE AGUA El microclima lleva incorporado un programador para vaporizar más o menos agua en función de las horas con más tránsito de personas en la calle. Este modelo de climatización se ha aplicado en los dos últimos veranos y rebaja entre 8 y 10 grados la temperatura. Además, esta instalación consume 2.000 litros de agua diarios.

Todo el sistema funciona con 950 difusores de agua, conectados entre sí por tres kilómetros de tuberías que salen de siete bombas de alta presión--situadas en el ayuntamiento, la oficina de turismo y el mercado de Calatrava--. Es un circuito de agua nebulizada que produce microgotas que se evaporan cuando se alcanzan los 30 grados.