La curiosidad de una vecina de Mérida ha hecho saltar la alarma sobre las garantías que hay respecto a la privacidad de los datos al hallar en un contenedor una carpeta llena de currículos (con fotos) de aspirantes a trabajar en una tienda de deportes, que tiraron, al parecer, los empleados.

Esta ciudadana comentó ayer a EL PERIODICO que durante el rato que pasó en una terraza vio cómo los empleados de un comercio de deportes tiraban a la basura muebles, documentos y otros enseres del establecimiento situado en la calle Juan Pablo Forner. Este negocio llevaba varios días liquidando por cierre y se dio la circunstancia de que ayer mismo cerró su actividad.

Cuando la mujer se percató de que los trabajadores habían vaciado en un contenedor los materiales inservibles del establecimiento, ella se acercó para interesarse por una estantería que estaba en buenas condiciones, y allí estaban, sin más protección que una simple carpeta, más de un centenar de currículos con datos personales y confidenciales, "sin romper ni precintar ni nada", se lamentabó.

"Me llamó mucho la atención porque la carpeta estaba encima del contenedor, tal cual", por lo que decidió llevársela al ver que entre la documentación había varios currículos que pertenecían a personas de su entorno.

Como ejemplos, estaba el de una persona con una discapacidad del 65%, que advierte a sus posibles empleadores, y con letra escrita a mano, de que se "ahorran 340 euros" si la contrataran, algo que "me dolió mucho y me dije, esto me lo llevo".

La mayoría de la documentación aparecida corresponde a chicas y por lo general de Mérida, pero también hay datos sobre la formación académica y la experiencia profesional de ciudadanos de Guareña o de Don Alvaro, incluso de un periodista que había trabajado para el canal regional de televisión y que se acercó a la tienda en su momento para demandar trabajo. "Yo quería ver la estantería, pero me dió tanta cosa que se me olvidó todo lo demás" dijo.