Todavía estás a tiempo de pedir perdón, solo tienes que decir «lo siento» y sentirlo, pero no arruines la disculpa con una excusa; todavía puedes recuperar los besos que no le has dado; todavía puedes dar gracias, cuando uno agradece es feliz; todavía puedes luchar contra el desengaño de esos vividores de la politica; todavía puedes resolver la duda de tu vida, es fácil pensando que Dios existe; todavía puedes coleccionar, tú también, «prefieros»; todavía puedes volcar tu amor, aunque no recuerdes ni las posturas; todavía puedes deletrear tus palabras preferidas: es-tre-lla po-lar, o-sa ma-yor, con-mo-ve-dor, a-som-bro-so, a-mor her-mo-so, bró-co-li, en-can-to, ta-lis-mán, i-ris.

Todavía estás a tiempo de cambiar los «pero» de tu vida por los «y»; todavía puedes elegir la esperanza por encima del miedo; todavía puedes elegir el punto final entre comedia o drama; todavía puedes optar entre disperso o desastre; todavía puedes descartar los quejíos y lamentos, no alimentan; todavía puedes tener cuidado con lo que te dices a ti mismo, pues te escuchas; todavía puedes consolarte con que no hay vida sin error, sin dolor, sin batalla; todavía puedes enseñar a ser bueno, no a sentirte bien; todavía puedes alegrarte de lo que tienes, reconciliarte con los que tienes, regocijarte con su éxito; todavía puedes decidirte a caminar y a descubrir tus pasos; todavía si resistes, persistes; todavía puedes pensar que hay cosas que podrán salir mal, pero que tú podrás superarlas; todavía te puedes cargar una relación, sólo tienes que ver defectos; todavía puedes ocuparte, no preocuparte de las cosas.

Todavía puedes cambiar el ¡qué se le va a hacer!, por el ‘paciencia y barajar’; todavía puedes jugar la prórroga, pero con entusiasmo; todavía puedes cumplir años, no está mal teniendo en cuenta la alternativa; todavía puedes llegar al futuro a buena velocidad, 60 segundos por minuto; todavía hallarás que el secreto no es vivir, sino el saber para qué se vive; todavía puedes ver seis velas encendidas cada noche (y cada día) en El Carmen; todavía puedes asombrarte de seguir tan alegre, tan alegre, tan alegre.