Los trámites para la rehabilitación del convento de las Freylas ya están en marcha. Un equipo de profesionales está realizando un estudio de los paramentos del inmueble para conocer el estado de conservación en el que se encuentran, y poder así determinar sobre qué elementos arquitectónicos se puede actuar y cuáles deben ser conservados. Ya que se trata de un edificio declarado Bien de Interés Cultural (BIC), que se construyó en tres fases a partir del año 1530, el proyecto de reforma de este espacio debe preservar con mimo su valor patrimonial.

Según informa el director del Instituto de Arqueología de Mérida (IAM), Sebastián Celestino Pérez, la responsable del equipo humano que está desarrollando el estudio es María de los Ángeles Utrero, investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), organismo que será el encargado de sufragar en mayor medida, y con cargo a los fondos europeos Feder, los dos millones de euros previstos para convertir el edificio en la sede del instituto arqueológico emeritense (centro de titularidad compartida entre la Junta y el CSIC).

El director del IAM añade que la idea es que el informe esté concluido este viernes para que, posteriormente, se ponga en conocimiento del arquitecto que resulte adjudicatario del contrato para diseñar el proyecto. Cabe recordar que el pasado mes de julio, el ayuntamiento cerró la cesión gratuita del uso del inmueble, por un periodo de 75 años, al CSIC, a través de un convenio en el que también está la Junta.

La presidenta del CSIC, Rosa Menéndez, avanzó tras la firma del acuerdo que los plazos que se plantean para la apertura del edificio como sede del IAM son de entre dos años y medio y tres años, ya que hay que acometer una importante obra de rehabilitación y adecuación del interior del edificio para adaptar los espacios. Cuando concluya la reforma, el gobierno local tiene previsto habilitar en el entorno del convento y de la basílica de Santa Eulalia una gran plaza pública.