El recorrido que hemos hecho en estos últimos capítulos de las tascas y bares de Mérida desde el siglo XVIII, ocupándonos de los más conocidos, ha sido para tener una visión, lo más amplia posible, de estos lugares de bebidas y tertulias.

El recorrido ha sido exahustivo, no quiere decir que no nos hayamos dejado alguno, está dentro de lo posible, pero nos hemos fundamentado en las fuentes más fidedignas: archivo histórico, prensa de Mérida desde 1880, revistas de feria desde 1916 y la tradición oral de personas que conocen estas rutas vitivinícolas, bien porque sus familiares formaron parte de ellas o por su visitas frecuentes a las mismas.

La calle Félix Valverde siempre ha sido, y es, lugar de vinos: Antillano, Nicolás, Briz y Círculo Emeritense. En la plaza de España los cuatro quioscos: Cuéllar, de Juan Gómez, que murió atendiéndolo, ahora es del hotel Meliá Mérida; Jauja; Joaquín y Paquito. En su entorno: los bares Eduardo, España, Vía Flavia y Zeppelín.

Los bares de la calle el Puente y de la plaza del Rastro han desaparecido y se han trasladado a la calle John Lennon, donde destacamos El Lebrel, descendiente del mítico bar La Vita. Su dueña, y cocinera inigualable, murió hace unos meses con más de noventa años.

En la calle Santa Eulalia y su entorno están los bares Rafael y Casa Benito, otro de los clásicos de siempre.

De la calle Los Maestros cerró hace poco el bar La Oficina, donde las tertulias eran entrañables, aunque continúa abierto el bar Casa Pedro. Cerca, el bar Cheles. En la zona de Pizarro hay varios, el más conocido La Lonja.

Todas las barriadas emeritenses, por muy pequeñas que sean, tienen sus bares y tascas.

No hay que olvidar los chiringuitos de Proserpina, aunque por las circunstancias de clientela, al morir la célebre Chon, que abría todos los días, y Alfonso, ya sólo se despacha los fines de semana; y los restaurantes Eduardo y el Romano, de Jesús Santamaría.

Bares con cierto sabor en barriadas está El Tarta, en Nueva Ciudad, o El Romanito, en la carretera de Alange, a punto de desaparecer por las continuos robos, o Chamorro, en La Abadías.

La zona centro es la más concurrida: zona del Barrio, antigua Plaza Luis Chamizo, Rambla de Santa Eulalia, Plaza de la Constitución, Marquesa de Pinares y los imnumerables bares de la barriada Nuestra Señora de la Antigua. Esto sólo es la última pincelada de los bares emeritenses, algunos con tanto prestigio como Altair, que ha sido nominado dentro de los cinco restaurantes mejores de España.