Algunos vecinos de Mérida se quejan de las molestias provocadas por la ocupación de la vía pública de las constructoras en distintas partes de la ciudad, sin que se disponga de medidas de seguridad para los peatones, tal y como establece la Ley de Seguridad Vial.

Según fuentes del sindicato UGT consultadas por este diario, debe haber medidas protectoras para los ciudadanos que rodeen la parte ocupada por la obra, algo que no se da en obras de la calle Calderón de la Barca o La Rambla, aseguran, "donde la gente tiene que ir por la mitad de la calle, con el peligro que supone por el tráfico".

Todas las obras, explican desde UGT, necesitan legalmente un permiso para ocupar la vía pública, sea acera o calzada. Además, el constructor "está obligado a habilitar un paso para los peatones, mediante algún tipo de valla al margen del cerramiento de la obra que permita seguir circulando sin peligro de atropello".

Este problema se agrava con el hecho de que sólo hay un policía local dedicado a vigilar este problema. "La mayoría de las ocasiones está dedicado a hacer de taxista de los aparejadores". Según UGT, cuando se produzca un accidente es cuando se tomarán medidas al respecto.

OTRAS CIUDADES La situación en Mérida, según UGT, es distinta a la de ciudades como Cáceres, "donde hay unos entramados de andamios sobre las aceras que permiten a los albañiles trabajar y el paso de los peatones sin peligro de ninguna clase, sin que les caiga nada encima y sin que tengan que bajarse de la calzada".

El sindicato asegura que estos detalles tendría que cuidarlos el equipo de Gobierno municipal, antes de que "ocurra algo grave, como que atropellen a un peatón".

Por ello, insisten en que la ley obliga a que "nadie puede cortar una acera sin habilitar un paso. Eso es de sentido común, pero aquí no se cuida nada". Lo lógico "es que pongan una valla a un metro de distancia de la de la obra para que puedan pasar los peatones o las personas en silla de ruedas sin que sufran ningún peligro", reiteran.

Por otro lado, desde UGT denuncian también el incumplimiento de la normativa que prohíbe amontonar ripios o arena de cualquier tipo en la vía pública, porque "luego se arrastran con las aguas o con el paso de las personas y van a los imbornales, y éstos se atascan y se anegan las calles cuando hay lluvia".

Todos estas irregularidades se producen, destaca el sindicato, sin que desde la delegación de Urbanismo se haga nada.