Los vecinos que residen encima del pub Caramelo han solicitado al ayuntamiento que revise las condiciones del local para comprobar que el nuevo sistema de climatización instalado se ajusta a la legalidad. Así, mientras que los propietarios se defienden afirmando que tienen todo en regla, los vecinos se aferran a una sentencia dictada por un juez que obliga al local a retirar las máquinas del aire acondicionado situadas en la azotea del edificio, que había provocado algunos desperfectos.

Los socios del Caramelo mantienen que no usan estas máquinas y que están a la espera de retirarlas a falta de recibir la notificación judicial. Como alternativa, afirman que utilizan un sistema de ventilación totalmente legal. Sin embargo los vecinos sospechan que los propietarios del pub han introducido otra máquina de aire acondicionado en la fachada que da a la avenida Reina Sofía, algo que niegan desde el pub.

Los vecinos acudieron al ayuntamiento para conocer si el Caramelo ha presentado un proyecto de obra para la instalación de un nuevo sistema de climatización, pero se han encontrado con que únicamente se ha solicitado el cambio de una rejilla. Detrás de ella, y según la versión de los vecinos, es donde se encuentra la nueva máquina de aire acondicionado.

Para aclarar toda esta situación los residentes han solicitado al ayuntamiento que inspeccione el local para comprobar la certeza de su versión y si, por tanto, el local está funcionando con un sistema de climatización que no se ajusta a la legalidad.

Mari Carmen Blanco, una de las vecinas que residen en el primer piso, reconoce que desde que denunciaran al local por incumplimiento de la normativa de ruidos --tras verificaciones realizadas por el Seprona--, el volumen de la música se ha reducido. Sin embargo, con la llegada del verano y la apertura de la terraza, los vecinos soportan el ruido que producen los clientes sentados en las mesas sitas en plena calle y de la música que se escapa del interior del establecimiento por la puerta.

Por el contrario, los socios del local manifiestan que cumplen con "todos los requisitos, muy caros por cierto, que exigen el ayuntamiento y la Junta de Extremadura para un local de estas características", tanto para el interior del local como para la terraza de verano, y afirman que desde que iniciaran su actividad están sufriendo el "acoso" de los vecinos.

Por su parte, Mari Carmen afirma que el único objetivo que persiguen los vecinos es descansar, algo que resulta complicado especialmente los fines de semana por el ruido que provocan los clientes que entran y salen de un local que en su opinión nunca se debería de haber abierto en una zona residencial como esta.