Igualdad de trato. Los vecinos de Proserpina piden al ayuntamiento que dé respuesta a las peticiones de mejora para esta zona y exigen las mismas atenciones que en otras partes del núcleo urbano. El presidente vecinal, Rafael Serrano, reclama el arreglo de calles, la instalación de reductores de velocidad, mayor presencia policial y un local social, entre otras cuestiones. «Queremos que se nos atienda como barriada de Mérida que somos y, sobre todo, que no se considere a Proserpina como zona de segundas viviendas porque hay unas cien familias viviendo todo el año», destaca.

Serrano explica que el pasado mes de noviembre hubo una reunión con integrantes del equipo de gobierno para tratar estas reivindicaciones. Reconoce que el consistorio ha instalado nuevos contenedores para los restos del desbroce, pero advierte de que son insuficientes porque se recogen cada 15 días y se llenan con facilidad. «Hay calles en las que es prácticamente imposible circular», denuncia Serrano, quien apunta que hasta la fecha el ayuntamiento no ha cumplido con su promesa de solventar los problemas en el asfalto. En este sentido, pide también la colocación de reductores de velocidad, al asegurar que «los coches pasan a una velocidad excesiva».

El delegado de Urbanismo, Rafael España, explica que el Gobierno local «ha tomado buena nota» de las peticiones que les trasladaron los vecinos de la barriada. En lo que a sus competencias respecta, el edil asegura que se va a estudiar la viabilidad de acometer actuaciones para mejorar el estado de las vías «aprovechando la situación de superávit municipal», que asciende a 2,4 millones de euros según informó el Gobierno municipal, o bien a través de otros fondos propios.

En relación al vallado perimetral del embalse, que a juicio del presidente vecinal se encuentra en «muy malas condiciones», España responde que esta intervención sería competencia de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), lo que no quita que desde el ayuntamiento emeritense se acondicione o se realicen desbroces en esta zona aunque no esté obligado a ello.

Por último, el colectivo vecinal reclama mejoras en las conexiones de fibra óptica y línea móvil, al asegurar que la fibra óptica llega hasta el museo del agua y «se debería conectar con la barriada para darnos un mejor servicio». Además, Serrano insta al consistorio a cumplir con la promesa de cederles el local de Cruz Roja para que lo tengan como sede social. «Demandamos mayor atención por parte del ayuntamiento y de confederación», recalca.