La política es un veneno que no tiene antídoto. Los que han estado en lo más alto, o han desempeñado cargos de responsabilidad, no se resignan a perder su parcela de poder.

El poder atrae tanto que ipnotiza. Profesionales que ha desempeñado y desempeñan sus funciones de forma magistral en su vida privada quieren seguir en la pública y pelean hasta el final.

El alcalde de Villanueva de la Serena, José Antonio Jiménez, ex vicepresidente de la Junta y ex consejero de Economía, creó el Siex para no perder de vista la política y ahí entraron León Romero Verdugo, de Don Benito, ex presidente de la Diputación de Badajoz; María Jesús Checa, socialista como los anteriores y también del Siex, ex senadora, ex diputada regional y ex concejala del ayuntamiento emeritense no aceptó perder las primarias contra Juan Manuel Romera y se presentó en las pasadas elecciones. Le ha tocado el turno a otro ex dirigente socialista, Juan Manuel Romera que ha creado el PIMC -Partido Independiente de Mérida Capital-.

No sería descabellado pensar que tanto Siex como PIMC e IU fueran juntos para sacar algo positivo, porque es claro, y María Jesús y Juan Manuel lo saben, por separado el único que sale es el de IU y si hay coalición alguno se queda fuera o si entran todos, los tres, de IU sólo uno, ¿Quién iría el segundo?

En la derecha no ocurre tanto, hay políticos que en lo más alto supieron aceptar su caída, como Adolfo Díaz Ambrona, que dio un ejemplo de comportamiento político, o Tomás Martín Tamayo, al que Carlos Floriano le ha ofrecido todo y le ha dado calabazas. Son las excepciones para confirmar la regla. Cuando se entra en política es difícil salir, no hay antídoto.