Dar sin recibir nada a cambio para mejorar la sociedad. Esta es la filosofía de vida que mueve al voluntariado, personas que por su propia voluntad deciden actuar en aras del bien social. A nivel local, muchos de estos voluntarios desarrollan sus acciones a través de la Plataforma del Voluntariado de Mérida (PVM), una entidad sin ánimo de lucro, integrada por 55 asociaciones, que trabajan en diversas áreas de atención para compartir el desarrollo de los valores de justicia social, solidaridad y del voluntariado como forma de transformación de la sociedad. El pasado miércoles, día 5 de diciembre, se celebró el Día Internacional del Voluntariado y, con motivo de esta efeméride, la plataforma emeritense invitó a sus colaboradores a pasar una tarde festiva de convivencia en el centro de ocio joven el Economato.

El evento sirvió para estrenar un villancico dedicado a los voluntarios con un estribillo pegadizo y una frase clave: «En las manos del voluntariado y en su corazón siempre es Navidad». En este encuentro festivo del voluntariado también hubo tiempo para cantar diversos temas y bailar coreografías al estilo de bollywood. La presidenta de la plataforma, Marisol Pérez, entregó el premio del concurso convocado para los usuarios de las asociaciones que conforman el colectivo con el fin de elegir la mejor felicitación de Navidad. El jurado se decantó por el trabajo de Jorge Gónzalez, integrante de un taller de pintura de la Asociación Down Mérida, que recibió muy emocionado un diploma y un regalo de Harry Potter. También se hizo entrega del premio al dulce más solidario, en el marco del primer concurso de repostería convocado por la PVM. Tras ser calificados por el jurado, los postres fueron catados en una merienda de convivencia.

Marisol Pérez llegó a la presidencia de la plataforma el pasado mes de septiembre tras más de 20 años en manos de Lola Dorado. A su juicio, la labor del voluntariado es fundamental en la sociedad, ya que supone «una actitud de vida y de justicia social». La presidenta, que ha sido voluntaria desde la adolescencia, destaca a su vez la importancia de que haya más jóvenes en el voluntariado, debido a que se necesita un «relevo generacional», aunque reconoce que los jóvenes también se implican mucho.

En el manifiesto 2018 ‘Haz voluntariado. Cambia el mundo’, se pide la presencia del voluntariado «en todas las etapas educativas para garantizar un futuro mucho más humano». «Reclamamos el valor de las pequeñas cosas, de esos gestos sencillos que engrandecen la vida», recoge. El documento subraya que en la sociedad a la que aspira el voluntariado «caben múltiples voces y diversas realidades, se garantiza la educación de todas las personas, se defiende a quienes están en situación de inferioridad, se protege la tierra para que la habitemos». Lola Dorado animó a colaborar: «Tenemos que decir al mundo que hacen falta voluntarios, porque el voluntariado da vida y merece la pena engancharse en este carro. El voluntariado da mucha felicidad y no se paga con dinero. Supone una gran satisfacción ser voluntario y lo digo de corazón».