Vuelve la polémica sobre la asistencia de los concejales a las procesiones. La representación institucional en la Semana Santa se ceñirá a la Procesión de las Palmas de mañana y el Santo Entierro el próximo viernes, y se limitará a un miembro por cada grupo municipal. El alcalde, Antonio Rodríguez Osuna, recordó ayer que el objetivo es separar la política de la institución eclesiástica y "dar el protagonismo a quienes de verdad lo tienen" en estos días. En una nota, el ayuntamiento reiteró que "no se prohíbe nada", sino que solo se limita la representación institucional a las procesiones más representativas de la ciudad, que son la de Las Palmas y el Santo Entierro en Semana Santa; la del Corpus y la de Santa Eulalia, en cuya festividad surgió la polémica el año pasado.

Tampoco ahora la decisión ha gustado al PP, que afirma que se trata de algo insólito en la historia de la democracia. "No se hará más grande la figura del alcalde porque lo acompañen más o menos miembros de uno u otro partido", señaló. Aunque no están de acuerdo con la medida, los populares la acatarán "por respeto a las cofradías y hermandades", pero no obstante instan a debatir la cuestión en la Junta de Portavoces porque entienden que la representación obtenida en las urnas debería llevarse a efecto no solo a los órganos de gobierno, sino a la participación en los actos oficiales y "los eventos que marcan las señas de identidad y las tradiciones".