«La Iglesia es en salida, o no es Iglesia». Lo dice el Papa Francisco y lo reitera el párroco titular de la parroquia de los santos Servando y Germán, don Rafael Navarrete. Para el sacerdote, a día de hoy los templos como espacio físico «son lo de menos», ya que lo más importante es hacer comunidad y las comunidades «están donde esté el pastor con su gente». Así se expresa sobre la situación en la que se encuentra su parroquia, que ha tenido que trasladarse desde la capilla del colegio Santa Eulalia de las madres Escolapias a la iglesia de la barriada de San Andrés. La idea es poder contar en un futuro con un templo propio en Los Bodegones. De hecho, el ayuntamiento cedió en 2007 un solar de la calle Arturo Barea para su construcción, pero finalmente no se llevó a término.

La construcción de una nueva iglesia permitiría atender a toda la población de la Zona Sur de la ciudad, ya que tras el traslado de la parroquia a San Andrés, no hay ningún templo en este entorno urbano. Pese a ello, Navarrete sostiene que a diario se celebran misas en el asilo, por lo que «la zona sur no está desprotegida de servicios religiosos». Además, el sacerdote también suele acudir a las residencias Los Olivos y Rosalba para prestar atención religiosa. Navarrete sostiene que por el momento «no está definido el concepto» de cómo será el recinto que albergará la parroquia de los santos patronos, ya que lo podría ser una iglesia como tal o un local con capilla, en el que también se pudieran impartir catequesis y charlas, entre otras actividades. «No se trata solo de construir un templo, sino más bien de hacer parroquia», subraya.

El uso de la capilla de las Escolapias por parte de la parroquia de San Servando y San Germán se remonta a más de dos décadas. En los primeros años de la década de los 90, el por entonces obispo de Badajoz, don Antonio Montero Moreno, solicitó permiso al colegio para utilizar la capilla como templo por un periodo de dos años, los que serían necesarios para la construcción del nuevo edificio que albergaría las celebraciones de la parroquia. La idea era que los franciscanos afincados en Mérida levantaran este templo, pero los años fueron pasando y finalmente no se llevó a cabo. De hecho, la comunidad franciscana emeritense se marchó el pasado año de la ciudad debido a la disminución de religiosos, la edad avanzada de los mismos, así como la crisis de vocaciones, entre otras cuestiones.

Cese del convenio

Según informan desde el centro educativo, en el año 2011 se acordó firmar un convenio, por una duración de cinco años, que se fue prorrogando hasta el pasado mes de mayo, «con el renovado compromiso, por parte de la Diócesis, de construir el templo parroquial». El pasado 11 de junio, el Instituto de Hijas de María Religiosas de las Escuelas Pías, que tiene una identidad propia dentro de la iglesia católica, consideró que el servicio que se había solicitado hacía más de 20 años ya se había cumplido «con generosidad y sentido eclesial», por lo que vio «la necesidad» de que la iglesia del colegio recuperase la finalidad para la que fue construida. «De esta forma, y reconociendo que la relación que nos ha unido durante estos años ha sido satisfactoria para ambas partes, se tomó la decisión de no renovar el convenio con el Arzobispado de Mérida-Badajoz para la utilización de la capilla del centro educativo como templo parroquial», sostienen desde el colegio.

En este sentido, también se acordó que hasta el mes de diciembre, y mientras la parroquia buscase la solución más adecuada para responder a su feligreses, esta podría hacer uso de la capilla del centro como hasta ahora. «Mientras se construye o no estamos dándole salida la barriada de San Andrés, que tiene un templo muy hermoso y muy bonito», afirma Navarrete, quien entiende que el centro haya cedido recuperar su capilla.