--En fechas recientes han aparecido en los medios de comunicación noticias relacionadas con la presencia de carne de caballo en preparados cárnicos que se comercializaban como carne de vacuno. ¿Qué consecuencias puede tener para la población el consumo de estos productos?

--En principio no representaría un problema de Salud Pública, sino más bien un fraude al consumidor, a quien se engaña al ofrecerle unos productos con una composición distinta a la que viene en su etiquetado. No obstante este hecho ha puesto de manifiesto las debilidades del control sanitario realizado en la obtención de estos productos, que ha fallado estrepitosamente en alguna de las etapas del campo a la mesa. Digamos que nos ha indicado que hay un fallo, y que es responsabilidad de las autoridades sanitarias comunitarias y de las distintas administraciones identificarlo y corregirlo, con el fin de evitar que puedan introducirse en la cadena alimentaria determinados peligros que escapen de dicho control, y que sí podrían representar un verdadero problema de Salud Pública.

--No obstante podríamos pensar que se trata de un hecho aislado.

--En absoluto. En los últimos años hemos asistido a diversas crisis alimentarias como la presencia de dioxinas en carnes y piensos en Europa, el brote de toxiinfección por E. Coli en Alemania atribuida inicialmente a los pepinos, la famosa crisis de las vacas locas.... Todas estas crisis que generan tanta desconfianza en el consumidor tienen un común denominador que es el fallo en el control sanitario en algún punto de la cadena alimentaria.

--¿Y cuáles son las causas de dichos fallos en el control sanitario de los alimentos?

--A nuestro juicio están relacionados con un control sanitario oficial debilitado o incluso inexistente en algunas etapas de la cadena alimentaria. Así, podemos citar:

El control sanitario realizado sobre los alimentos en origen, producción primaria, no se programa y dirige desde departamentos u organismos sanitarios, sino desde departamentos que tienen como fin primordial la mejora de las producciones agro-ganaderas, por lo que el control sanitario siempre va a estar subordinado o mediatizado por aquellas actuaciones tendentes a obtener una rentabilidad económica en las explotaciones.

Hay ocasiones en que no hay un control oficial como tal, es decir, realizado por Veterinarios Oficiales, en ciertas etapas de la cadena alimentaria, al externalizarse o privatizarse dicho control; con lo que se cambia la necesaria independencia del inspector oficial por un posible conflicto de intereses del controlador privado.

La falta de especialización de los veterinarios encargados del Control Sanitario Oficial, pues no tienen un reconocimiento como especialistas al contrario de lo que ocurre con otros profesionales sanitarios del Sistema Nacional de Salud.

La relevancia que, a instancia de los lobbies de grandes empresas alimentarias, han adquirido los autocontroles como instrumento para garantizar la seguridad alimentaria en la normativa y los planes que regulan el control de la cadena alimentaria en detrimento de un Control Oficial externo a dichas empresas e independiente.

La falta de medios y recursos suficientes por parte del Veterinario Oficial en muchos casos para llevar a cabo un control sanitario con garantías, particularmente en lo referente a medios 'laboratoriales'.

--¿Quiere decirse que no es la administración sanitaria quien controla el estado sanitario de los alimentos en origen?

--Efectivamente, así ocurre en toda España y también en Extremadura, donde es la Consejería de Agricultura la responsable de organizar y gestionar los mismos, con el inconveniente antes reseñado. Entendemos que este control debiera ser una prestación sanitaria ofrecida por el Servicio Extremeño de Salud, tal y como ocurre con el control sanitario de los alimentos en la industria o en el comercio minorista, y realizada por los facultativos de salud pública que ya tiene la Dirección General de Agricultura y Ganadería de la propia consejería adscribiéndolos orgánicamente al SES para garantizar su carácter de autoridad sanitaria.

Debemos de tener presente que las últimas crisis alimentarias que han afectado a la salud de la población han tenido su causa en piensos o en la producción primaria de alimentos.

En Europa, en cambio, las autoridades comunitarias a nivel de la Comisión sí han sido conscientes de este problema a raíz de la crisis de las vacas locas, y han sacado al organismo encargado de realizar los controles sanitarios en el ámbito de la Unión Europea (FVO) de la Dirección General de Agricultura e Industria, incluyéndola en la Dirección General de Salud y Protección de los Consumidores. Además las misiones comunitarias de este organismo enviadas a España también han puesto de relieve las carencias en la eficacia de los controles sanitarios en los alimentos derivadas de esta dicotomía.

--¿Qué otros controles Sanitarios Veterinarios se realizan desde esa Dirección General?

--Pues todos los encomendados al control oficial de las enfermedades en los animales, fundamentalmente de producción, incluyendo aquellas que afectan directamente a la población humana. Pero también en este caso puede aparecer un conflicto de intereses si la Consejería va a dar prioridad al control de aquellas enfermedades que merman el rendimiento económico de la cabaña ganadera en detrimento de aquellas que puedan afectar directamente a la salud de los ciudadanos.

Hay que tener en cuenta que el 60 % de las enfermedades infecciosas humanas conocidas actualmente afectan también a diversos animales, y algunas son letales o generan gran preocupación desde el punto de vista de su capacidad de transmisión, como es el caso de la gripe aviar. Estas enfermedades infecciosas son como una argamasa que une a distintas especies animales entre sí y con el hombre, y cualquier estrategia de lucha o prevención de las mismas en la población humana de manera separada de las enfermedades animales está abocada al fracaso.

--¿Qué función desempeñan en este campo los veterinarios privados en ejercicio clínico?

--El papel de los Veterinarios clínicos dedicados a la atención sanitaria de los animales en cualquiera de sus modalidades, animales de producción, compañía, exóticos, fauna silvestre, etcétera. Es fundamental, pues muchas de sus actuaciones pueden repercutir directamente en la salud pública. Por ello desde la organización colegial se vienen impulsando protocolos de buenas prácticas, la creación de registros fiables: animales de compañía, équidos, exóticos, etc., potenciando el control de la receta veterinaria, etc. todo ello con la finalidad de que haya la máxima comunicación entre los profesionales clínicos y los facultativos oficiales de salud pública.

--¿Cuál es la propuesta que se hace desde el Colegio al respecto?

--Desde el Colegio apostamos claramente porque el SES asuma el control sanitario oficial de la Salud Pública en la producción primaria y por la integración en el Servicio Extremeño de Salud de todos los veterinarios oficiales con competencias en materia de Salud Pública, como fórmula más garantista para proteger la salud de las personas respecto a los peligros biológicos, químicos, nutricionales y físicos procedentes de la vida animal y sus producciones, alimentos, subproductos y residuos,.

Pensamos que la Administración sanitaria no solamente debe afrontar las crisis sino también las amenazas, sean referidas a la seguridad alimentaria o a la aparición de enfermedades derivadas de la vida animal; y para ello consideramos más eficaz y eficiente una estructura que englobe a todos los profesionales sanitarios que ejercen sus funciones en el ámbito de la Salud Pública bajo una dirección única dentro del Servicio Extremeño de Salud, manteniendo su inclusión funcional en el Servicio de Control Oficial de la Sanidad Animal.

También consideramos necesaria la creación de una especialidad en Veterinaria de Salud Pública para que estas funciones se desarrollen por facultativos especialistas, con una cualificación y unas competencias formalmente acreditadas, al igual que ocurre con otros profesionales en el ámbito de la atención sanitaria; además estos profesionales deberán contar con todos los medios necesarios para desarrollar sus funciones.

Además prevenir sobre la privatización o externalización que se hace o pudiera hacerse por parte de algunas administraciones de determinadas tareas relacionadas con el control oficial, lo cual deviene en una pérdida de imparcialidad por parte de los agentes que lo realizan y por consiguiente de una merma en su eficacia.

Por último concluir que desde el Colegio hay una predisposición total a colaborar con la Administración en todo aquello que redunde en mejorar la promoción y prevención de la Salud por riesgos derivados de la vida animal y sus producciones. A este respecto nos gustaría destacar el buen resultado que ha dado esta colaboración en el ámbito de la identificación y registro de animales de compañía (RIACE), que es una importante herramienta para acometer campañas de tratamiento y prevención de enfermedades animales transmisibles a la población.