E xtremadura ha conseguido sumar un nuevo atractivo reconocimiento a sus atractivos turísticos. Desde el pasado mes de noviembre de 2018 ‘el arte de la piedra seca’ se ha incluido en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco. No lo hizo en solitario, la candidatura fue presentada por España, Grecia, Chipre, Francia, Croacia, Eslovenia, Italia y Suiza. Ejemplos de este arte se encuentran en las zonas rurales de Andalucía, Aragón, Asturias, Cataluña, Galicia, Valencia y por supuesto Extremadura.

La construcción de muros en piedra seca está muy extendida dentro y fuera de las zonas habitadas en la mayoría de las regiones rurales, especialmente en terrenos escarpados. La estabilidad de estas construcciones es posible con una selección y colocación cuidadosa de los guijarros.

Gracias a estos muros han sido posibles distintos espacios para la vida humana además de estructuras para agricultura y ganadería como por ejemplo corrales. Los muros de piedra son testimonio de métodos constructivos empleados desde la prehistoria y que han llegado a nuestros días. Además, estos muros de piedra tienen un papel esencial en la prevención de corrimientos de tierras y avalanchas. Otro rasgo característico de estas construcciones son su armonía con el medio ambiente y el perfecto equilibrio con la naturaleza.

En líneas generales ‘El arte de la piedra en seco’ abarca todo los relacionado con la fabricación de construcciones de piedra al superponer unas sobre otras sin emplear ningún elemento amalgamante para unirlas. Principalmente se encuentran en áreas rurales, terrenos empinados, dentro y fuera de espacios habitados.

ESPAÑA, A LA CABEZA. España se consolida en el grupo de cabeza de los países con más representación en esta materia y se coloca como cuarto país con mayor número de manifestaciones incluidas en la lista representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial, con 17 en total. En cuanto a Bienes Patrimonio de la Humanidad, España es el tercer país de la lista Unesco con 47 bienes declarados.

En Extremadura existen cinco enclaves de este tipo de construcción. Entre los más destacados, el complejo agroganadero de Los Pajares, en Santibáñez El Alto y el conjunto de chozos de la finca “Las Mil y Quinientas”, en Llera. Declarados Bien de Interés Cultural por la Junta de Extremadura. Comparten su protagonismo con otras tres construcciones que gozan de esta protección, aunque muchos de ellos continúen en el olvido. Se trata de las adhesiones de “Las Corralás”, de Torrequemada, “Los Molinos”, de Arroyomolinos y el “Cocedero de Chochos o altramuces”, de Monesterio.