Albalá es uno de esos espacios por descubrir en Extremadura, incluso para los propios extremeños. Con apenas 600 habitantes, atesora una larga tradición ganadera y muy famosas son sus ferias de ganado vacuno y caballar, referencia para profesionales y aficionados de todo el país. En estos días son innumerables los emigrantes que regresan a Albalá a pasar sus vacaciones. Aunque este verano será distinto por los rigores del covid-19, y sin fiestas patronales en honor a san Joaquín, el gran atractivo de Albalá será su espectacular dehesa. Además, los establecimientos de restauración están abiertos, incluido el bar de la piscina, aunque no estará abierta al baño. Hay que probar en Albalá la caldereta de cordero, el cochinillo asado, el queso curado de oveja o las migas con torreznos. A destacar dentro del municipio es su iglesia de Santa María Magdalena, construida durante el tercer cuarto del siglo XV. Juan Rodríguez, alcalde de Albalá, indica que se van a programar rutas para los niños para que conozcan la historia el municipio. También su intención es diseñar rutas de senderismo e incluso rutas a caballo o con bicicletas. Destacan las dehesas boyales de la Carretona (donde se celebra una famosa romería) y el Encinar es uno de los objetivos, con 600 hectáreas. Además, si el viajero es amante de la ornitología, en la zona podrá contemplar con bastante facilidad especies como la Cigüeña Blanca, Milano Real, Milano Negro, Aguililla Calzada, Culebrera Europea, Busardo Ratonero, Urraca, Rabilargo, Cuco, Carbonero Común, Herrerillo Común, Mirlo Común, Tarabilla Común, Curruca Cabecinegra, Pinzón Vulgar, Jilguero o Verdecillo. En Navidad Albalácelebra una fiestas en torno a la hoguera, que son una referencia para toda la provincia y que aspiran a convertirse en Fiestas de Interés Turístico Regional.