Misterio, devoción y tradición. La fiesta de Las Carantoñas de Acehúche combina como ninguna estos tres ingredientes que la convierten en uno de los grandes atractivos turísticos de la provincia de Cáceres. Los vecinos rinden honores a san Sebastián en esta inquietante fiesta de con rango de Interés Turístico Regional desde 1987.

La alcaldesa del municipio, Obdulia Bueso, asegura que su equipo de gobierno ya trabaja para dar el gran salto hacia la obtención del Interés Nacional en próximas ediciones. Además, se muestra muy satisfecha porque la juventud de Acehúche se ha volcado un año más con esta celebración y se espera que se vistan como carantoñas más de medio centenar de vecinos.

Obdulia asegura que para ella es muy emocionante vivir por primera vez esta fiesta como alcaldesa de Acehúche. "Queremos que todo salga bien. Esperamos unos 3.000 visitantes aproximadamente. El próximo año la fecha de la fiesta ya cae mejor y nos gustaría tener ya el Interés Turístico Nacional", afirma. Agradece, además, a la Diputación de Cáceres y a la Junta de Extremadura la ayuda para la promoción de la fiesta. Las Carantoñas es una ancestral y curiosa representación cuyos orígenes se pierden en el tiempo, que está llena de emotividad, especialmente para los vecinos, y cargada de personajes singulares, en algunos casos enigmáticos, pero sobre todo muy atractivos.

HISTORIA Salvador Calvo, cronista oficial de Acehúche, destaca el carácter doble de la celebración ya que se superpone una fiesta de carácter religioso y un rito ancestral que se pierde en la historia, aunque algunas fuentes señalan que las carantoñas podría tratarse de un rito pagano que fue incorporado al religioso en algún momento. "No sabemos exactamente, porque Publio Hurtado no lo indicó, si las carantoñas tienen que ver con las carnestolendas o el paso del invierno a la primavera. El caso es que san Sebastián se celebra en Acehúche ya desde el siglo XV, según documentos, pues ya existía la ermita de los Santos Mártires", apunta el investigador y cronista del municipio.

Por su parte, Pedro Durán, presidente de la Cofradía de San Sebastián, explica que mañana martes 19, se sale a recoger el romero, planta aromática que se recibe al mediodía en el pueblo con disparo de cohetes y repique de campanas. Por la tarde el tamborilero recorre el municipio. Son los prolegómenos.

El miércoles, día 20, a las seis de la mañana se celebra la 'alborá', que despierta a las carantoñas y los vecinos. Tras las tradicionales migas, las carantoñas aparecen por el pueblo y se concentran en la casa del mayordomo para después partir hacia la iglesia. Al mediodía san Sebastián sale en procesión y es escoltado por las Carantoñas, que dan tres pasos adelante y hacen una reverencia al santo.

Al pasar por la casa del mayordomo tiene lugar el momento de más emoción, la 'loa'. El mayordomo dedica unas palabras en agradecimiento al santo por una promesa. Muchas de ellas son por enfermedades, por lo que es habitual ver a los vecinos con lágrimas en los ojos.

Pedro Durán reconoce que la juventud se ha volcado con la fiesta, pues cuando él empezó a vestirse de carantoña "hubo que pagarle a personas para que lo hicieran vistieran" y actualmente hay 54 carantoñas voluntarias.

Tras la misa del día 20, que es a la una, las carantoñas se concentran de nueva en la plazuela de la iglesia, momento en el que se reparten las papas y sale la vaca-tora, que se encarga de dispersar a las carantoñas y dar por terminada la fiesta.

A las dos de la tarde todos los participantes disfrutan de dulces típicos y vino de la tierra en el polideportivo. Al día siguiente, jueves 21, 'San Sebastianino', la fiesta se repite exactamente igual.