Desde que en mayo de 2003 el por entonces alcalde de Cáceres José María Saponi anunciara su intención de aspirar a la Capitalidad Cultural Europea en 2016 el camino ha sido largo y sinuoso, lleno de luces y sombras, pero muy esperanzador para esta tierra. En pocas ocasiones el proyecto de una ciudad, como es el caso, se ha asumido con tanta ilusión por toda una Comunidad Autónoma.

¿Qué significa ser Capital Europea de la Cultura? Pues muchas cosas, al margen de ser durante un año la referencia en espectáculos, encuentros y actividades en el mundo.

Las ciudades que han sido Capital Europea de la Cultura han experimentado un cambio radical, una mejora de sus infraestructuras, se han revitalizado económicamente y colocado como una referencia en el espacio cultural europeo. Pero es que la capitalidad se ha convertido en un fenómeno tan importante que no sólo beneficia a las ciudades que han sido elegidas; también las aspirantes rentabilizan el haber estado trabajando durante años en esta carrera de fondo hacia ese reconocimiento.

La Asociación de Ciudades Aspirantes a Capital Europea de la Cultura ofrece un dato significativo en su web: "En los últimos años se ha quintuplicado el número de ciudades que presentan su candidatura a la Capitalidad Europea de la Cultura. La evolución de la legislación comunitaria aplicable, los nuevos criterios de selección y los beneficios de la marca CEC para el proyección exterior de las ciudades, han potenciado una mayor participación. Si analizamos el proceso que ha tenido lugar en Gran Bretaña, Alemania y Hungría con más de diez ciudades candidatas en cada país, observamos como el impacto CEC ha tenido un efecto en muchas ciudades europeas que no han sido seleccionadas".

Según cálculos de la asociación, entre 2007 y 2019, un total de 184 ciudades habrán podido presentar su candidatura.

ORIGEN ¿Cómo empezó todo? La idea partió de la Ministra de Cultura griega Melina Mercouri y fue el Consejo de Ministros de la Unión Europea de junio de 1985 quien la propuso con el objeto de acercar más los pueblos europeos.

Los objetivos de la capitalidad europea son destacar la riqueza, la diversidad y los rasgos comunes de las culturas europeas, así como promover el conocimiento mutuo entre los ciudadanos europeos y favorecer la concienciación sobre la pertenencia a una misma comunidad europea.

"Ser Capital Europea de la Cultura --tal y como indica la Comisión Europea-- es una oportunidad única para regenerar las ciudades, cambiar su imagen y darlas a conocer a escala europea e internacional. En el plano económico, la manifestación tiene un gran impacto sobre el municipio y la región en que se celebra. Así, algunas ciudades que recibieron el título en el pasado señalan que cada euro invertido puede generar entre 8 y 10 euros adicionales", según datos de Cáceres 2016.

Cáceres, Alcalá de Henares (Madrid), Burgos, Córdoba, Cuenca, Las Palmas, Málaga, Murcia, Oviedo, Palma de Mallorca, Pamplona, San Sebastián, Santander, Segovia, Tarragona y Zaragoza son las ciudades que durante años --unos más que otras-- se han preparado para este momento decisivo. Pasar el primer examen, la primera criba, sin duda, será síntoma de que los deberes se han hecho bien en todo este tiempo y de que se marcha por el buen camino hacia una meta anhelada con ahínco.

Cada una de ellas ha diseñado una estrategia y un proyecto que durante varios días defenderán en Madrid. Cáceres es de las primeras en hacerlo, porque se ha establecido un riguroso orden alfabético.

Está previsto que los 27 Estados miembros (EM) de la Unión Europea se turnen para acoger la Capital Europea de la Cultura entre 2005 y 2019. Cada año dos Estados miembros de los 27 pueden acoger la manifestación.

Los Estados miembros tienen que presentar al Parlamento Europeo, al Consejo, a la Comisión y al Comité de las Regiones las candidaturas, acompañada de una recomendación, a más tardar cuatro años antes. Se promueve que haya competencia entre las ciudades aspirantes. Estas tiene que comunicar a las autoridades nacionales su intención de ser candidatas. Todos los pasos los ha realizado ya Cáceres. Sólo le queda hacer una exposición de su gran proyecto al jurado. Si se logra la capitalidad, la inversión prevista para Cáceres está estimado en 80 millones de euros hasta el 2020, que aportan las entidades que integran el Consorcio y la empresa privada.