Ya lo he dicho en alguna ocasión, pero no me importa volver a repetirlo porque es recordar imágenes que formarán parte del resto de mi vida, imágenes como la de una mujer besando a su nieto a través de la pantalla de una tableta, la de un miembro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad reconociendo cómo se ha sentido vulnerable, la de un grupo de cuidadores y cuidadoras bailando ante un hombre que no deja de aferrase a la vida, la de esa sala de estar de cualquier casa convertida en taller de confección de equipos de protección… Son muchas las imágenes que nos han marcado estos días, muchas las que han demostrado que una situación tristemente extraordinaria ha hecho salir la cara más extraordinaria de todos y cada uno de nosotros y nosotras.

Por eso, este Día de Extremadura es también extraordinario, y espero que único, por lo tanto quisiera que fuera dedicado de forma muy especial a aquellas personas que ya no están, pero que sentimos parte de nosotros, a través de su recuerdo, a través de sus familiares. Un Día dedicado también a aquellos hombres, a aquellas mujeres que han padecido la enfermedad, pero que, afortunadamente, aún pueden contarnos sus temores como también mostrarnos sus fuerzas.

Un Día de Extremadura de todas y de todos, y así se refleja en las Medallas de este año. La Diputación de Cáceres recibe una de esas medallas y yo, como presidenta de esta Institución, quiero agradecer de todo corazón este reconocimiento. Y aquí podría empezar a hablar de cómo la Diputación Provincial se puso manos a la obra desde el minuto cero para dar una respuesta inmediata a la crisis sanitaria, y cómo se centró para, en un cortísimo plazo, poder establecer una estrategia ante el panorama económico y social al que nos enfrentábamos.

Podría hablar de la adquisición y la distribución de material para proteger a los más vulnerables, los EPIs, las mascarillas, los guantes, el gel hidroalcohólico… Podríamos hablar de cómo buscamos también alternativas, medicinas para cuerpo y alma, como es la del contacto con los seres queridos a través de las tabletas que se distribuyeron por los centros de mayores; podríamos recordar el esfuerzo del Servicio de Extinción y Prevención de Incendios para llevar a cabo las desinfecciones; podríamos repasar las múltiples modificaciones que se hicieron en el calendario fiscal a través del Organismo Autónomo de Recaudación y Gestión Tributaria, de modo que la ciudadanía pudiera centrarse en lo verdaderamente importante: la salud; podríamos hablar del Plan Re-Activa y esos 91 millones de euros para reactivar la actividad socieconómica y laboral de la provincia; podríamos hablar del Plan Extraordinario de Gastos derivados de la pandemia destinado a municipios menores de 20.000 habitantes… Podríamos hablar de mucho trabajo, mucho esfuerzo, muchos planteamientos, muchas soluciones, muchos quebraderos de cabeza, muchas esperanzas… Pero de lo que hemos de hablar, porque ha sido el motor de todo lo anterior, es del equipo de hombres y mujeres que lo han hecho posible.

Lo decía antes, esta situación ha mostrado la cara más extraordinaria de muchas personas. En la Diputación hemos visto cómo se han sumado esfuerzos desde un primer momento, un esfuerzo que ha puesto de manifiesto que la Diputación es una colectividad, un grupo de hombres y mujeres que tienen una conciencia social, un compromiso común con la sociedad, dedicación y esfuerzo. Cada uno, desde sus puestos de trabajo, desde sus funciones concretas, ha hecho que la maquinaria funcione y podamos decir que la Diputación tiene la fuerza de estar cerca del ciudadano, de nuestros pueblos, de nuestros ayuntamientos.

Entre unos y otros hemos caminado hacia adelante, desde la exigencia de la ciudadanía, como tiene que ser, y desde el compromiso nuestro, como también ha de ser.

Sin duda, ante esta crisis toman un enorme valor las Diputaciones y los gobiernos locales, y de ahí nuestra insistencia en la participación directa en las medidas extraordinarias para la reconstrucción y en el uso de nuestros recursos.

Podemos seguir diciendo con orgullo que somos y seguiremos trabajando por ser los más próximos a la ciudadanía. Quiero que nos sientan todos los municipios tan próximos a ellos como nosotros hemos sentido también el aliento y el ánimo de todos ellos, porque han sido un ejemplo, desde los alcaldes, alcaldesas y concejales, hasta los y las trabajadoras de los ayuntamientos; desde la gente del campo, que no ha dejado de producir, hasta los reponedores y empleados de comercios; desde los servicios de limpieza hasta los cuidadores; desde los profesores hasta esos padres y madres que han acompañado a sus hijos en esta nueva escuela, sin olvidar a esos chicos y chicas que estuvieron ahí clavando los codos… Sí, esta medalla es tan grande como el coraje que han mostrado todos nuestros pueblos y ciudades, por eso, permitidme que desde aquí os abrace a todos y a todas, confiando en que hayamos sabido estar a la altura.

ROSARIO CORDERO

Presidenta de la Diputación de Cáceres