Torrejoncillo vive cada 7 de diciembre una noche mágica, en la que se entremezclan muchos sentimientos: devoción, emoción, luz, color, pólvora, fervor y tradición. Con Rango de Interés Turístico Nacional, Torrejoncillo se prepara para vivir en breves días su Encamisá, una fiesta que hace que todos los torrejoncillanos estén unidos más que nunca en torno a la Inmaculada Concepción, Virgen de cuya coronación canónica se conmemora exactamente una década.

Salvas, vivas, hogueras, caballos y jinetes enardecidos en torno a la Pura, en medio del éxtasis colectivo son algunos de los rasgos de La Encamisá, acontecimiento que no puede expresarse con palabras: hay que vivirlo.

La Encamisá es una fecha muy señalada para todos los torrejoncillanos, en la que se celebra el dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María.

La jornada del 7 de diciembre no es solo la única importante. Antes se suceden distintas liturgias, claves para el correcto desarrollo de la fiesta. La primera de ellas es el novenario dedicado a la Pura. Durante esta novena se reflexiona sobre la entrega sin condiciones de la madre de Jesucristo para la salvación de los hombres.

También hay un espacio para la cultura en los prolegómenos, y así hoy, tras la novena, en la Casa de Cultura Raúl Moreno Molero se representará la obra de teatro El gigante que quería ser pequeño, ya que la afición del pueblo por el arte de la escena es muy grande.

Mañana miércoles 5, además del homenaje a María del Carmen Rodas en el novenario, a las doce de la noche habrá una ronda en honor a la Inmaculada Concepción en el atrio de la iglesia parroquial con la Rondalla Genaro Ramos y el grupo de Coros y Danzas de Torrejoncillo.

El jueves, día 6, al mediodía, con motivo del décimo aniversario de la Coronación Canónica de la imagen de la Inmaculada Concepción habrá una ceremonia religiosa en la plaza Mayor, tras la que se iniciará una procesión por las principales calles del municipio acompañada por la Banda Municipal de Cañaveral. A la Inmaculada Concepción se le nombrará en ese acto alcaldesa de honor.

La Asociación de Paladines de la Encamisá, que es uno de los ejes vertebradores de la fiesta, agasajará a todos con un convite en la calle Don Lorenzo Díaz. Al filo de la medianoche tendrá lugar el acto de ‘Andar la Encamisá’ con salida desde el pórtico de la Iglesia de San Andrés Apóstol. No es más que hacer el mismo recorrido que se realizará con el estandarte de la Inmaculada en la procesión de La Encamisá, eso sí, rezando el rosario. Antiguamente lo hacían personas que estaban de luto, o aquellos que por algún motivo no iban a poder asistir a fiesta.

LOS PALADINES / La Asociación Paladines de la Encamisá de Torrejoncillo es una asociación sin ánimo de lucro, cívico-religiosa, cuya misión es venerar, preservar y ensalzar a la Inmaculada Concepción, patrona de Torrejoncillo. Nació formalmente en los años 70, aunque ya con anterioridad había habido crisis de mayordomía que aconsejaron su puesta en marcha. Actualmente la situación es completamente opuesta. Un año hay mayordomo de la fiesta por promesa y al siguiente se encarga la directiva de la Asociación de Paladines de la Encamisá.

Sobre los orígenes de La Encamisá existen diferentes hipótesis, aunque todas coinciden en una génesis bélica. Así ,se cree que hace referencia a una estratagema, un ataque especial para sorprender al enemigo. Algunos expertos como Fernando García Delgado opina que se trataría de un ataque al castillo de Portezuelo como avanzadilla del cruce del Tajo y posterior toma de Cáceres en 1229. Otra que cita Ángel López Bernal y Alejandro Valiente se habría producido en Coria en 1465 con motivo de guerras familiares entre clanes dentro de la misma Orden de Alcántara. La más extendida en el pueblo es la que hace referencia a la Campaña de Pavía (1525). La Encamisá estaría de esta manera relacionada con la Batalla de Pavía, porque en esa campaña bélica hubo varias ‘encamisás’ y por otra parte, dada la devoción por la Inmaculada en la zona, no es de extrañar que el pendón que llevaran las tropas fuera un estandarte con la imagen de la Virgen.

El viernes, día 7 de diciembre, desde las 9 de la noche, los jinetes encamisaos, con sus caballos y cubiertos con sábanas blancas (prenda que se uso en su tiempo para sorprender al enemigo) adornadas con encajes que semejan estrellas, se van congregando en la casa del Mayordomo, que les hará entrega de los faroles que habrán de portar durante toda la procesión.

Los escopeteros salen de sus casas despidiéndose con salvas, así como los torrejoncillanos y visitantes que se acercan a la localidad; dirigiéndose a la plaza Mayor, para esperar el momento esperado, las 10 de la noche.

De forma espectacular irrumpen en la plaza cerca de 200 jinetes con sus caballos, que son recibidos por aclamaciones y vítores de los millares de torrejoncillanos y visitantes de todos los lugares; al mismo tiempo que se dejan oír las canciones propias de esta fiesta entonadas en grupo y repiques de campanas.

Las escopetas y los cohetes de artificio hacen enmudecer los vítores y cuando el reloj de la Iglesia da las diez campanadas, se abre la puerta y sale el estandarte de la Virgen Inmaculada.

La emoción es indescriptible .y entre vítores, salvas de escopetas el Estandarte es entregado a su portador por un miembro de la Asociación de Paladines en las escaleras del atrio.

El portaestandarte lo recoge, lo alza y lo ofrece para que sea vitoreado y aclamado, e inicia el recorrido pausado por las calles que prácticamente da la vuelta al pueblo.

Por fin regresan a la plaza y tras la quema de fuegos artificiales el portaestandarte entrega el Estandarte que entre vítores, aclamaciones, salvas y cohetes entra en la iglesia.

Los que han venido por primera vez a esta fiesta y también a los que ya la conocen quedan atónitos.

Los faroles se entregarán en la sede de la Asociación de Paladines y a todos los jinetes se les invita a coquillos y vino de la tierra

Al día siguiente se celebra el Día de la Pura con una misa al mediodía en la iglesia de San Andrés y procesión posterior. Los Paladines también agasajarán a los devotos con un convite. El novenario finaliza a las cuatro y media, tras el cual habrá procesión de La Pura.

El domingo día 9 de diciembre se conoce como Día de la Pura Chica y está orientado a los más pequeños. La casa de cultura albergará un festival infantil patrocinado por la Asociación de Paladines. Los niños serán invitados a un convite en la Sede de la Asociación de Paladines de la Encamisá.

PREGONERO / El pregonero de las fiestas es uno de los elementos clave de esta celebración y es el que da el ‘pistoletazo’ de salida a la celebración. Se encarga de pronunciar un pregón en la casa de cultura, al que imprime un carácter familiar, litúrgico o tradicional según considere. Este año la encargada fue Carmen María Alviz Gil y lo pronunció el pasado día 1 de diciembre.

Otra liturgia sin la que no se entiende el significado de esta Fiesta de Interés Turístico Nacional es la Ofrenda, celebrada el pasado domingo día 2 de diciembre. En ella los vecinos (hombres con capa y mujeres ataviadas con el tradicional pañuelo de gajo) recorren las calles del pueblo. El pañuelo de gajo es un mantón típico de Torrejoncillo y su confección es muy ardua, ya que lleva 5.000 lentejuelas. La participación de los vecinos es muy alta y el colorido de sus vestidos llena las calles.

La oferente de este año fue Gloria Gil Talavero y a través de sus palabras expresó a los presentes la gran fe en María que los vecinos profesan mientras que se realizaba la ofrenda floral, una procesión que parte desde la plaza.

No menos importante es la figura del mayordomo, que este año ha recaído por sorteo en María Luisa Martín, quien ha querido que, por tradición, ceder a su hijo Miguel Ángel López el honor de encargarse de portar el estandarte. Todo en pos de una devoción y una fiesta que no deja a nadie indiferente.